5. Casas señoriales de la calle Carrera
La casa Benítez de Lugo Viña es una edificación de finales del siglo XVI cuya fachada de estilo neoclásico-romántico data de una reforma de comienzos del siglo XIX. La casa original fue construida por la familia Benítez de Lugo, marqueses de La Florida, descendientes de uno de los primeros conquistadores de Tenerife.
Tras la conquista en el siglo XVI, las primeras tierras de La Orotava fueron entregadas por la Corona de España a los conquistadores y a los inversores en la conquista. Esta casa fue una de las edificadas por esta primera oleada de pobladores que habitaron La Orotava junto a los aborígenes asimilados, que formaron parte de su servicio personal y mano de obra en el cultivo de las tierras en régimen de esclavitud hasta mediados del siglo XVI.
Si continuamos hacia delante veremos, en el número 17 de esta misma calle, otro ejemplo de una de las primeras casa de La Villa, la casa Benítez de Lugo, que fue construida en el siglo XVI, reconocible por el balcón cerrado con ventanas de guillotina del siglo XIX.
Aquí vivió uno de los personajes más relevantes de la historia de La Villa: Luis Francisco Benítez de Lugo, VIII Marqués de La Florida, escritor y estadista nacido en 1837 que llegó a ser Diputado a Cortes durante la Primera República Española e hizo de su domicilio una parada obligada para todas las personalidades que visitaban La Orotava. El marqués de La Florida fue un elemento decisivo en la apertura de La Villa a ideas liberales que marcarían el siglo XIX en España.
Su carrera académica y política es bien conocida, pero no todo el mundo sabe de su otra curiosa afición. Era considerado unánimemente uno de los grandes pioneros del espiritismo en España. Se decía de él que podía levantar mesas sin tocarlas. Sus firmes creencias en la existencia de espíritus le llevaron a promover una proposición de ley para la enseñanza oficial del espiritismo en España. Esta ley, que nunca llegó a ver la luz, llegó a incluir en su programa la enseñanza de materias tales como magnetismo, sonambulismo lúcido, fenómenos espontáneos o sistemas de comunicación con el mundo invisible.
La siguiente parada no está muy lejos. Sigamos subiendo por esta calle hasta encontrar una magnolia en la acera de la derecha. En este trayecto te proponemos sacar la cámara de fotos para descubrir rincones como la esquina de la Casa Benítez de las Cuevas, en el número 26, construida en el siglo XVII y reconocible por la cruz de madera en el lateral de la fachada. Más arriba, a su izquierda, el callejón de Rodapalla es otro de esos rincones con encanto que suelen llamar la atención del visitante. Escucha la siguiente pista al alcanzar la magnolia.