3. Iglesia de Santo Domingo
Este templo fue inaugurado en el ultimo tercio del siglo XVII por los dominicos.
La orden de los dominicos tuvo gran importancia en España entre los siglos XVI y XIX y su principal característica ha sido la identificación con la pobreza como medio de acercamiento a Dios. En la fachada encontramos el blasón de esta orden religiosa, el perro con la antorcha, alegórica de la fe, y el globo terráqueo por el que se propaga.
Esta pequeña iglesia, anexa al convento, destaca en el exterior por la anchura de la torre que alberga el campanario. En el interior encontramos un auténtico catálogo de techumbres mudéjares. Esto es debido a que las numerosas capillas de las familias adineradas fueron construidas de manera independiente y se fusionaron con posterioridad. La variedad de formas y dimensiones de los artesonados que cubren tanto las naves como las capillas laterales lo convierten en un espacio único en Canarias. Son a su vez de gran interés las tallas y pinturas de distintas épocas que alberga.
Durante el proceso de restauración de la iglesia en los años 80 del siglo XX aparecieron túneles, criptas y osarios. Se comenzó a especular con la idea de que los antiguos conventos de La Orotava, e incluso la Iglesia de la Concepción, estuviesen conectados a través de conductos subterráneos.
El núcleo fundacional de La Orotava contó con cinco conventos, dos femeninos y tres masculinos. Las familias más ricas de La Orotava financiaron a distintas órdenes religiosas y las controversias y disputas entre ellas por asegurarse el favor de sus benefactores fueron habituales durante los siglos XVII y XVIII.
La idea de que existiesen conexiones entre túneles alimentaba la leyenda de un mundo subterráneo donde las verdaderas relaciones entre conventos tenían lugar de manera oculta al resto de la población.
Aunque la teoría no se sostiene, sí que hay una parte de verdad: los conventos solían tener túneles y criptas pero sin conexión entre ellos. Aún así, los defensores de la teoría continúan argumentando a día de hoy que las conexiones existieron pero han quedado sepultadas bajo las edificaciones actuales y las canalizaciones de agua y luz.
Avancemos calle abajo hacia la entrada del antiguo convento, hoy Museo de Artesanía Iberoamericana.