Tras la Desamortización de 1836, este convento pasó a desempeñar diferentes funciones como la de escuela, cárcel o ciudadela. Las ciudadelas, que proliferaron en el siglo XIX, eran pequeñas comunidades de ciudadanos de las clases desfavorecidas que convivían en grandes edificios. En ocasiones familias completas compartiendo su día a día pared con pared. Como consecuencia del uso continuado y la falta de atención, el edificio fue declarado en ruina en el último cuarto del siglo XX y posteriormente restaurado. Desde 1992 es la sede del Museo de Artesanía Iberoamericana.

Ya antes de la Desamortización, el convento fue un centro de enseñanza de enorme prestigio. Uno de los alumnos más famosos fue Agustín de Bethencourt y Castro Molina. Nacido en el entonces Puerto de La Orotava en 1758, destacó como prestigioso ingeniero militar e inventor.

Entre sus numerosos logros se encuentran el ser el pionero en elevar en España un globo aerostático, y los inventos de un termómetro de metal, un telar mecánico, una máquina para drenar pantanos y un telégrafo óptico.

También fundó y dirigió el Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Caminos y Canales de España. En 1807, precedido por su fama, viajó a San Petersburgo invitado por el zar Alejandro I. Allí actuó como inspector del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Comunicaciones y formó parte del círculo de confianza del Zar. Fue nombrado también mariscal del ejército ruso e intervino hasta su muerte en multitud de obras de enorme importancia para la modernización de Rusia. Instauró la navegación a vapor en el río Volga y modernizó fábricas de cañones y armas, sistemas de abastecimiento de aguas, ferrocarriles, la fábrica de papel moneda, puentes y sistemas de dragado. Es reconocido como figura de enorme prestigio en Rusia hasta nuestros días.

En la actualidad, el ex-convento es sede del Museo de Artesanía Iberoamericana. En su interior encontrarás, entre otras, las colecciones de “Arte popular en América y Filipinas”, “Instrumentos musicales populares de España y América” y “La alfarería popular española”.

Para más información sobre las distintas exposiciones dirígete al personal del museo que estará encantado de atenderte.

Continuemos ahora bajando hasta cruzarnos con la calle Sabino Berthelot. Gira hacia la izquierda y camina por ella hasta llegar al segundo paso de peatones, donde encontrarás a tu izquierda una antigua portada en un pequeño jardín con dos cipreses. Este es el siguiente punto de nuestra ruta.