5. Portada y Mansión del Marquesado de El Sauzal
Esta portada fue la entrada a la finca del mayorazgo de los Franchy. Su aportación económica en la conquista les reportó un gran patrimonio tras el reparto de tierras y el título nobiliario de Marquesado de El Sauzal y de La Candia. La portada se ubicaba antiguamente un poco más abajo, al otro lado de la calle. “Mayorazgo” era el término que se utilizaba para la herencia recibida por el primogénito. En el Antiguo Régimen era habitual que el hijo mayor varón acaparase toda la herencia familiar. Así se aseguraban, al realizarse los casamientos, que el patrimonio de la familia se incrementara y no decreciera. Los hijos sin derecho a herencia solían tomar el camino del ejército o de la Iglesia.
La finca del Mayorazgo de La Orotava fue, durante siglos, una de las de mayor tamaño de Canarias. En ella se plantó caña de azúcar, a la que siguió la viña y finalmente la platanera, tres de los cultivos que, junto a la cochinilla, sostuvieron históricamente la economía de las islas. En 1905 un incendio destruyó totalmente la antigua mansión y sus jardines.
La casa original había sido punto de encuentro y de referencia de grandes figuras de la ciencia europea a lo largo de los siglos. Por aquí pasaron, entre otros, los naturalistas Sabino Berthelot, Ledrú y Humboldt, y el astrónomo Piazzi Smyth. El mayor reclamo de estos jardines para científicos y viajeros fue su legendario drago, símbolo de La Orotava y elemento central de su escudo, que estuvo en pie hasta el siglo XIX, en el que fue derribado por sucesivas tormentas. Humboldt le calculó casi 20 metros de altura y un perímetro de cerca de 15 metros. Para hacernos una idea de su tamaño baste decir que, a finales del siglo XVIII, se llegó a construir una plataforma en su copa para un banquete de 14 personas en honor a un lord inglés. En la época se le estimaron 2000 años de antigüedad y se sabe que fue un lugar sagrado para los aborígenes. Los conquistadores lo utilizaron como capilla y como lugar de ajusticiamientos públicos.
El drago no fue el único árbol referente de los jardines de Franchy. Aquí también se encontraba la palma de la Conquista, una palmera de unos 30 metros de altura abatida por un temporal en 1918. Fue plantada por los conquistadores, y por su porte y altura se convirtió en referente geográfico para los navegantes.
Aunque hoy en día no podamos disfrutar de estos magníficos ejemplares, encontraremos palmeras y dragos de gran porte a lo largo de nuestro recorrido.
Ascendamos por la cuesta adoquinada que tenemos frente a nosotros, la calle Cologan, y detengámonos en la acera de enfrente al número 5, donde se ubica la casa Cologan.