Este miércoles, 14 de febrero, tendrá lugar el entierro y quema de Crispín
Este año el cortejo fúnebre partirá de la Plaza del V Centenario pero recorrerá las calles Cantos Canarios, El Puente, San Agustín y pasará por la Plaza de la Constitución (donde se quemaba hasta la fecha) para regresar a la Plaza del V Centenario donde se quemará el muñeco. La velada se completará con actuaciones de 101 Brass Band y el grupo Escuela de Calor. La actividad comenzará a partir de las 19:00 horas en la citada plaza, aunque el desfile fúnebre de Crispín partirá a las 21:30 horas, y el entierro y quema será a las 23:00 horas.
El Crispín villero, que cumple en esta edición 39 años de historia, lucirá una fantasía inspirada en la temática de este año: ‘Al Son del Carnaval’. Se espera contar con la participación de numerosos vecinos de la zona y grupos del Carnaval, ataviados para el momento con ropajes de desconsoladas viudas, monjas o curas, entre otros. La concejala de Fiestas, Delia Escobar, acompañada de otros miembros de la corporación municipal, también participará disfrazada para la ocasión, y será quien prenda la mecha junto a una de las viudas.
El personaje de Crispín nació en 1979 por iniciativa de Rigoberto González, actualmente dueño de la fábrica de mármoles La Milagrosa y en aquella fecha concejal de la nueva corporación democrática. En La Orotava, en la etapa de la Dictadura, siempre salía por el casco un vecino de La Cancela amante de las fiestas carnavaleras, con un muñeco al hombro y disfrazado. Este osado villero recorría las calles cada Miércoles de Ceniza, pero tenía que tirar el muñeco y huir desde que veía a la policía represora, que no dudaba en perseguirlo año tras año. Rigoberto González, al acceder a la corporación municipal y recuperar estos populares festejos de Carnestolendas, decidió hacer algo similar a lo que ya para muchos era una tradición, por lo que el Miércoles de Carnaval (Miércoles de Ceniza) se programó el entierro y quema de un muñeco, al que deciden llamar Crispín.
Los primeros años del Entierro de Crispín, el muñeco se armaba en la fábrica de mármoles La Milagrosa, y recorría los barrios más significativos de la Villa, desde la Cruz del Teide hasta El Calvario, para luego ascender, en una primera etapa, hacia la plaza del ayuntamiento, y en una segunda, a la Plaza de la Constitución o del Kiosco. Y en esta edición se comienza una nueva etapa, realizando la quema en la plaza del V Centenario. Durante 25 años se mantuvo la costumbre de brindar, a los participantes en el cortejo fúnebre y a los vecinos que acudían a verlo, con sardinas asadas, vino y pan. Tradición que ya no se realiza.
El actual Entierro de Crispín es organizado por la concejalía de Fiestas de La Orotava, que siempre ha intentado no perder la esencia integradora y colaboradora de los vecinos amantes del Carnaval y de los colectivos que más participan en estas fechas, verdaderos protagonistas en esta popular fiesta.