El taller arquitectónico Green Low Cost organizado en La Orotava por El Laboratorio, en colaboración con el programa Septenio y con la Universidad Europea de Madrid, presentó sus ideas de "urbanismo cosmético" para reverdecer el Valle de La Orotava, mejorar su imagen y convertirlo en un "gran jardín de captación de dióxido de carbono (CO2) y emisión de oxígeno que sería un referente internacional", según palabras del arquitecto y presidente de El Laboratorio, Fernando Martín Menis.
En apenas una semana de trabajo, una treintena de profesores y alumnos de universidades de Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Berlín y París han elaborado ocho pequeños proyectos de mejora ambiental en localizaciones reales del Valle. Se trata de intervenciones que mejoran el paisaje básicamente con plantas, árboles y enredaderas con alta capacidad para absorber CO2. Martín Menis subraya que este taller es "sólo el primer paso hacia un gran proyecto para que el Valle de La Orotava, gracias a una suma de multitud de pequeñas intervenciones de bajo coste, se convierta en un gran jardín botánico capaz de eliminar gran cantidad de CO2 y de emitir un gran volumen de oxígeno. Una iniciativa pionera que daría al Valle un posicionamiento mundial y lograría mejorar la calidad de vida de sus residentes, así como atraer a más visitantes en el futuro".
Para el máximo responsable de la Asociación Laboratorio de Investigación e Innovación en Arquitectura, Urbanismo, Diseño y Turismo Avanzado, "los jardines y las zonas verdes siempre están de moda". Para La Orotava, el taller planteó un proyecto para mejorar con plantas colgantes la fachada que da hacia el mar en la plaza de La Constitución; la reconversión en parque lineal y sendero del barranco que va desde la zona del Liceo Taoro hasta Carmenaty; la mejora del acceso a la Villa por El Calvario, con la transformación de la gasolinera en un espacio repleto de plantas capaz de absorber todo el dióxido de carbono que genera su actividad; la recuperación y mejora de la bajada a la playa de El Bollullo, y la creación en las medianías, a unos 600 metros de altitud, de un campo de captación de agua de la niebla gracias al picón.