La Asociación de Alfombristas de La Orotava cumple su primer cuarto de siglo con un nuevo presidente, Leo Rodríguez, y retos de futuro, como la renovación integral del museo.
La Asociación de Alfombristas de la Villa de La Orotava cumple 25 años de existencia.
Un cuarto de siglo velando por la tradición de las alfombras de flores y tierras del Teide que dan esplendor al Corpus villero. Este colectivo celebra su 25 aniversario con 300 socios y un nuevo presidente, el joven Leo Rodríguez Díaz, que afronta nuevos retos en una etapa de cambio generacional. "Somos los que velamos porque todo funcione en el día más importante, pero durante todo el año hacemos un trabajo que no se ve", recalca el presidente.
Leo Rodríguez nació el 8 de febrero de 1986 en La Orotava, pero a sus 30 años no es un recién llegado al mundo de las alfombras villeras. Su padre, Jesús Rodríguez, fue el anterior presidente y él, con apenas cinco años, "ya iba a molestar a la alfombra de tierras de la plaza". De niño, también se encargaba de elaborar sus propias alfombras en la azotea de la casa de su abuela.
Fue uno de los primeros alumnos de la Escuela de Alfombristas de La Orotava y durante años ha colaborado en la confección del gran tapiz de la plaza del ayuntamiento. Desde hace ocho años, forma parte de la directiva del colectivo, y hace tres inició el proyecto que ha llevado una unidad didáctica dedicada a las fiestas patronales por numerosos colegios villeros.
Los 300 alfombristas que componen esta asociación son los garantes de una de las principales señas de identidad de la Villa. Ellos son los encargados de que, año tras año, 36 alfombras adornen el casco histórico con motivo de la Infraoctava del Corpus. Un trabajo que comienza poco después de la finalización de la fiesta anterior con un análisis de todo lo ocurrido y continúa con reuniones, asambleas, actos para recaudar fondos, congresos, el Día del Niño Alfombrista, las alfombras conmemorativas -que cada año son más-, la gestión del museo, los preparativos de la fiesta y unos días frenéticos antes del jueves de las alfombras, en los que hay que afinar para la coordinación de los diseños, el deshoje o el reparto de las flores y el brezo.
"Somos el último Corpus y ese es un hándicap que tenemos que tener en cuenta. Por eso hay que recorrer con tiempo los invernaderos para que no nos falten nunca flores. Ese material se recoge y hay que deshojarlo y prepararlo. En esa labor intervienen 100 mujeres y 25 hombres durante tres días", detalla.
Para la celebración del XXV aniversario se trabaja en la organización de un novedoso programa de intercambio cultural con fiestas y tradiciones de las Islas: "Doce meses, doce fiestas", que aspira a acercar a La Orotava celebraciones tan arraigadas como Los Corazones de Tejina.
Uno de los principales retos de futuro de la entidad, aparte de mantener intacta la tradición, es renovar el vetusto Museo de las Alfombras, que se inauguró en 2006. "Tenemos un proyecto con alumnos de la Universidad Europea de Canarias para que nos ayuden a rediseñar el museo. Queremos dotarlo de contenido multimedia, abrir nuevas salas y ofrecer al visitante la oportunidad de disfrutar de las alfombras con los cinco sentidos", anuncia Rodríguez.
Fuente: eldia.es // Raúl Sánchez