Fue pionera en muchas cosas. En su época, estuvo entre las primeras mujeres en sacarse el carné de conducir y se subía en moto. Incluso, se animó a poner una administración de lotería, la tercera en La Orotava pero la primera en hacerlo por concurso. El Calvario, que debe su nombre a la zona en la que se encuentra ubicada, celebró en diciembre sus bodas de plata con el mejor de los regalos, la entrega de una Primitiva de seis aciertos.
Fue una casualidad, pero sin duda, el mejor golpe que la suerte le podía dar. Al negocio y a la ganadora, "vecina y clienta de toda la vida, de familia humilde y que acababa de ser abuela", cuenta Ernestina Consuelo Hernández Méndez, de 77 años y propietaria de la agencia. Sin embargo, no es el único premio importante que ha dado. En su lista se suman, entre otros, un segundo y tercer premio de la Lotería Nacional. Ernestina heredó de su padre, a quien siempre "estuvo muy pegada", la pasión por el juego. Un día su progenitor tuvo suerte y sacó un premio importante que le permitió, incluso, construir la casa en la que vive actualmente, donde destinó un pequeño espacio en la parte de abajo para el negocio. "Mi padre era un hombre muy simpático. Dicen que yo salí a él", bromea.
Ernestina tiene la ayuda de sus dos hijos, María Consolación, a la que todos conocen por Chely, y Felipe. Sin embargo, no olvida las pequeñas dificultades a las que tuvo que enfrentarse para conseguir la autorización de propietaria de la administración porque ello requería presentarse a concurso y enviar un montón de papeles a Madrid. "Era como una oposición", recuerda.
Fue un año de larga espera con sus hijos pequeños pero que finalmente tuvo sus frutos. Ella se siente satisfecha de haberlo logrado y, al mismo tiempo, presume de suerte "porque siempre ha tenido una clientela fiel" y nunca le han robado.
También, cuando "había que pegar esos tickets tan antipáticos", dice refiriéndose a los comprobantes que permitían demostrar que eran los números que la persona había jugado y que, en caso de no tenerlos, el ganador no podía cobrar su premio.
Actualmente la tecnología le ha facilitado mucho las cosas. "Y menos mal", porque a la Lotería Nacional se le han sumado otras apuestas como El Bonoloto, La Primitiva y el Euromillón.
La discreción ha sido siempre el secreto de su éxito. En su agencia nunca se ha desvelado la identidad de los ganadores, pese a que son muchas las personas que preguntan cuando se enteran de que en su agencia se ha otorgado un premio.
La crisis ha repercutido en su negocio, pero no en el número de clientes sino en la cantidad de las apuestas. "Un golpe de suerte es lo que la gente espera en estos momentos", dice Chely. Su máxima aspiración ahora es entregar el gordo de la lotería de Navidad. Pero quiere que sea pronto y no tener que esperar a otro aniversario importante.
Fuente: Diario de Avisos