La Plaza del Ayuntamiento acogió el jueves, 17 de abril, un acto para conmemorar el centenario de la entrada del "Señor del Columna" a esta plaza.
Con motivo de la celebración de este primer centenario de la entrada del Stmo. Cristo a la Columna a la Plaza del Ayuntamiento, se llevó a cabo en la propia plaza un acto conmemorativo con el descubrimiento de una placa. El evento se llevó a cabo a mediodía del jueves y estuvo organizado por la Hermandad de la Esclavitud.
Centenario
El "Santísimo Cristo atado a la Columna", que se procesiona cada Jueves Santo en la Villa, cumple 100 años de su entrada de este paso a la Plaza del Ayuntamiento, ocurriendo lo mismo el pasado año con las andas del Corpus Christi. Estos hechos tienen de base la colocación del primer pavimento en este céntrico cuadrilátero, denominado en aquel entonces Plaza Alfonso XIII. Las obras de urbanización concluyeron en abril de 1912 y se inauguró con el acto de jura de bandera de los reclutas del regimiento de La Orotava. Tras esta circunstancia, fue Francisco Miranda, musicólogo y fundador de la histórica Librería Miranda, quien impulsó la iniciativa de que la procesión del Santísimo entrara a la plaza y convenció para ello al párroco Inocencio García Feo. Y lo que hoy parece algo corriente y habitual, en aquella fecha generó polémica y se consideró una "locura" pues pensaban que "las andas no podían subir allí, porque del arroyo a la acera había un escalón muy alto y después debía salvar una escalinata". Con su constante empeño logró que aquel 29 de mayo de 1913 se marcara historia en la celebración de la Infraoctava del Corpus.
El "grandioso espectáculo" que se generó finalmente aquel Jueves de las fiestas patronales— en el que también se estrenó interpretar con un coro el Tantum Ergo— convenció a todos por su magnificencia, y en cada celebración desde aquella fecha se logra una singular y extraordinaria atmósfera de emoción. Tras este éxito, Francisco Miranda puso igual empeño para repetir otro día crucial para la Villa como es el Jueves Santo con la procesión del Santísimo Cristo atado a la Columna, de gran tradición y una de las más populares para muchos fieles, además de ser de las más emblemáticas de Canarias. Así, el 9 de abril de 1914 entró por primera vez este paso a la Plaza del Ayuntamiento de La Orotava. Y al igual que ocurriera el año anterior con la del Santísimo, se contó con el coro de 200 voces entre niños, hombres y mujeres del municipio, también dirigidos por el director de la Banda municipal de Música, el vallisoletano Tomás Calamita. Y fue así como nació el reconocido coro polifónico la Capilla de Santa Cecilia, fundado por Francisco Miranda Perdigón. Aquel 9 de abril se interpretó por el coro Miserere y el Stabat Mater. Y este año 2014 se contará con la Coral Polifónica Liceo de Taoro y el Quinteto de Viento AD Libitum que interpretarán las obras El Rey del Cielo, anónimo; y el Lacrimosa del Réquiem de Mozart. Y, como siempre, la solemne entrada de la procesión a la Plaza, se acompañará de los acordes de la popular marcha procesional conocida como el "Adiós a la vida" o "Tosca" de Puccini. En primer lugar entran los pasos de San Juan Evangelista y Sta Mª Magadalena y seguidamente lo hace el Stmo. Cristo atado a la Columna y la Virgen de Gloria. Una vez dentro de la Plaza y tras la intervención de la Coral del Liceo de Taoro se procede a una breve alocución desde el balcón central de la Casa Consistorial. Una vez finalizado el acto de la plaza, la procesión reinicia su recorrido en dirección hacia la Parroquia de San Juan Bautista pero no sin antes realizar una nueva estación a su paso por la Iglesia de San Francisco. La procesión en todo su recorrido sobrecoge a cuantos la contemplan por su emotividad en medio de un silencio que sólo rompe el canto de las tradicionales malagueñas.
Esta procesión, que parte de su templo de San Juan con rigurosa puntualidad a las 22:00 horas junto a miles de fieles, es acompañada de la Hermandad de la Venerable Esclavitud del Santísimo Cristo a la Columna, fundada en 1758. Aunque la escultura es de 1689, obra del célebre escultor Pedro Roldán, y fue con la llegada de esta significativa obra, a finales del siglo XVII, cuando cobraron mayor protagonismo las procesiones en La Orotava.