Jesús García Rodríguez ha superado la década como gerente de la Asociación Cultural Pinolere, aunque colabora con esta entidad desde el año 1994 cuando todavía se denominaba Día de las Tradiciones Canarias.
Este año se celebra un aniversario importante, 30 años de una feria que ha logrado convertirse en un referente regional y nacional. Reconoce que los últimos años han sido complicados pero debido a la trayectoria que ha tenido la entidad y que le han supuesto distinciones como el premio Canarias de Cultura Popular en 2006, espera que pueda seguir, al menos, otros 30 años más.
-¿Cómo fueron los inicios?
“Bastante dificultosos. La feria nació al lado de las fiestas del barrio de Pinolere. El primer año se hizo un día de las tradiciones canarias en el marco de las fiestas y al año siguiente se creó una comisión aparte para, dentro de la comisión de fiestas, impulsar la feria de artesanía. Posteriormente esta comisión se independizó y se convirtió en la Asociación Cultural Día de las Tradiciones Canarias, la primera entidad sin ánimo de lucro en las medianías de La Orotava que años después, con el cambio de la ley de asociaciones, se convirtió en Asociación Cultural Pinolere, tal y como se la conoce en la actualidad. Comenzó con un solo día de feria, luego dos y en 1995 ya se decidió que fueran tres, siempre en el mes de septiembre”.
-¿Por qué se eligió este mes?
“Para que no coincidiera con otras fiestas, ya que las del barrio son en agosto y también en este mes está la celebración del Día de Candelaria y muchas personas se desplazan hasta ese municipio esa jornada. Se buscó la mejor ubicación para que no coincidiera con otros actos importantes a nivel local e insular. Creo que eso ha sido un éxito y una decisión importante porque hemos consolidado en estos 30 años que se sepa que el primer fin de semana de septiembre es la feria de Pinolere”.
– ¿Cuando comenzaron tenían como meta llegar a lo que finalmente se han convertido?
“En los inicios nunca se pensó en llegar al escalón en el que estamos. Era una fiesta muy sencilla, del barrio, con carácter local y nunca pensamos que podría tener la repercusión regional e incluso nacional que se ha logrado en los últimos años. Poco a poco, con el compromiso de mucha gente y el esfuerzo de muchos compañeros hemos llegado hasta aquí”.
-Pero las cosas no siempre han sido color de rosa. ¿Han pasado por momentos complicados?
“Pinolere ha llorado más que ha reído. Al principio los artesanos no querían ir a la feria porque pensaban que el lugar no era el adecuado ya que estaba alejado y allí no se iba a vender. Había que ir a buscarlos a sus casas, ponerles el coche, se les pagaba la comida y se les daba café. Pero la perseverancia, la insistencia y el hacer una feria diferente, en un paraje totalmente distinto creo que ha hecho que se consolide”.
-¿Cuál ha sido entonces el secreto del éxito?
“El entorno en el que se desarrolla, el parque y el lugar, estar al lado de un paraje natural integral, de la corona forestal y la decisión acertada que el Ayuntamiento de La Orotava tomó en su día de hacer una permuta con sus propietarios y adquirir los terrenos. Ha tenido una visión más amplia con el proyecto cultural Pinolere. Para nosotros es un orgullo en la actual situación, en la que la artesanía no es una necesidad primaria, tener 250 solicitudes de artesanos de Canarias que quieren venir a participar y solo podamos ofertar 220. Eso significa que siguen viendo a esta muestra como un referente”.
-¿Han tenido que paralizar proyectos como consecuencia de la crisis económica?
“La crisis también nos ha afectado. Hay proyectos de futuro que teníamos encaminados como el albergue, el restaurante, y convertir el parque en un referente de visitas, que se han tenido que desarrollar más lentamente. Las ayudas fueron mermando y poco a poco desapareciendo y ha sido mucho más complicado tener futuro”.
-¿Pero la asociación no se ha resignado a abandonarlos?
“No, porque consideramos que son el futuro. Tanto la asociación como la feria forman parte de un proyecto de desarrollo comunitario social y cultural. Lo importante es generar riqueza y trabajo en la zona para que los vecinos puedan estar integrados. Siempre insistimos que el espacio se podía convertir en un parque y museo y después darle una serie de servicios. Porque a lo mejor la feria viene y va, quizás en un momento determinado tenga que desaparecer, pero este proyecto ya quedaría ampliado en Pinolere para que las futuras generaciones puedan vivir de él”.
-¿La solución pasa entonces por buscar fondos de la iniciativa privada?
“Es uno de los caminos que se pueden emprender pero no es fácil. Cualquier financiación con un banco es complicada dado que la asociación no es propietaria del terreno sino el Ayuntamiento, que lo ha cedido en uso para la gestión a la Asociación Cultural Pinolere. Pero todo lo que hay allí es patrimonio municipal para el disfrute de toda la población”.
-¿La asociación pasa por un buen momento o su situación es delicada?
“Pasamos por un momento delicado porque estamos en una crisis y existen dificultades para mantener el proyecto en las condiciones que hubiéramos querido. Pero creo que todas las entidades estamos igual, si antes íbamos en tercera hemos tenido que poner segunda e ir más despacio. Lo importante es que no hemos perdido la ilusión ni las ganas de seguir con este proyecto y sacar adelante las iniciativas. El coche no está parado sino que se ha aparcado un poco, sigue en marcha aunque a menos velocidad”.
-El alcalde, Francisco Linares, dijo en una oportunidad que la asociación debía empezar a buscar recursos propios para subsistir. ¿Se avanza en esa línea?
“Poco a poco la asociación ha ido generando recursos económicos propios y éstos se han ido reinvirtiendo en el propio proyecto ya que la asociación no tiene ánimo de lucro. Los recursos propios a través del museo, del parque o encargos de trabajo que nos hacen instituciones determinadas los realizamos porque suponen recursos y en esa línea tenemos que seguir”.
-¿Se hará alguna celebración especial para conmemorar los 30 años de feria?
“Se hará una mención especial y se expondrán los carteles de estas tres décadas pero no habrá grandes celebraciones porque la situación no lo permite”.
FUENTE: diariodeavisos.com // Gabriela Gulesserian