Cerca de 5.000 personas disfrutaron de un evento gastronómico único en Canarias que abarrotó el barrio
Un puchero y unas fiestas que son únicas. No lo dicen solo los vecinos del barrio de La Florida, en La Orotava, sino los de otros municipios que, un año más, no quisieron perderse un evento gastronómico único en Canarias que ayer reunió a cerca de 5.000 personas.
También lo ratificó el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, quien por primera vez acudió a la cita acompañado de varios consejeros insulares y mostró su asombro y admiración al conocer que todas las verduras que se utilizan son sembradas y cosechadas por los propios habitantes de la zona.
Desde las siete de la mañana comenzaron los preparativos en el solar cercano a la plaza, trasladando los calderos desde la asociación de vecinos San Antonio Abad Fiesta de las Tradiciones, los 250 kilos de gofio que dispusieron perfectamente en una mesa, y acomodando la leña, que desprendía un olor intenso e inconfundible y le dio un toque especial a la comida.
Pasadas las once, las calles estaban llenas de gente, con parrandas y grupos de amigos que se juntaban para disfrutar de unos pinchos de carne que asaban a pie de calle acompañado de un buen vaso de vino “de la zona”, aclaraban algunos.
A la gente no le importó hacer la cola desde muy temprano para asegurarse un plato de este apreciado manjar. Hubo quienes se dieron una vuelta por la feria de ganado que comenzó a las diez de la mañana y 40 minutos después ya estaban obedientemente en el lugar, con toda la artillería necesaria para aguantar una larga jornada, desde abrigos y guantes para combatir por momentos el frío, hasta paraguas y sombreros para protegerse del sol. Por fortuna, el día acompañó, con una temperatura estable e intervalos de sol y nubes que facilitaron la espera.
Otros prefirieron acompañar las imágenes de San Antonio Abad y Nuestra Señora de La Esperanza en procesión hasta la iglesia, quedarse a la celebración de la misa, oficiada por el párroco Javier José Jiménez., y posteriormente ir a la búsqueda del puchero, pese a que corrían el riesgo de que se terminara.
En las calles aledañas la comisión de fiestas había dispuesto mesas y sillas para que los asistentes pudieran disfrutar con mayor comodidad. Los vecinos las atiborraron desde temprano con entremeses, huevos duros, rosquetes y todo tipo de bebidas, para hacer más llevadera la espera. No obstante, tuvieron que aguantar más de lo previsto ya que el reparto se demoró unos 20 minutos del tiempo inicialmente estipulado por los miembros de la organización.
Los primeros recipientes que salieron fueron para los vecinos que estaban enfermos y aquellos que por diferentes motivos no pudieron desplazarse hasta el lugar. “Aunque la mayoría coincide que el puchero sabe mejor comerlo allí, hay que tener en cuenta que muchas de las personas que hoy no pueden acercarse son las que años atrás trabajaron por estas fiestas y por eso queremos llevarle ese cariño y ese agradecimiento con un plato de puchero”, declaró el presidente de la Asociación San Antonio Abad Fiesta de las Tradiciones de La Florida, Fermín Sosa.
Tampoco se olvidaron de los ganaderos, ya que se trata de una tradición que nació con ellos, hace 50 años atrás cuando se organizó la primera feria de ganado. En ese momento se preparó este plato y un caldo para los que acudían de distintos puntos de la Isla. A los pocos años los vecinos comenzaron a participar en su elaboración y ese hecho puntual se convirtió poco a poco en una cita obligada y en una tradición que ya forma parte de la historia del municipio y de Tenerife. Prueba de ello es que las fiestas de La Florida fueron declaradas el año pasado de Interés Turístico Regional.
La Corporación villera también participó del acto con la primera teniente de alcalde, Delia Escobar, a la cabeza, quien no dudó en coger una cuchara y remover el puchero, estar pendiente de todos los detalles de la organización, explicar a los políticos visitantes los detalles de la fiesta y hasta fregar los calderos. La edil es natural de La Florida, jugaba de local y eso se notó.