La Orotava, una de las pocas villas hidráulicas canarias, está de moda. No sólo por ser el municipio más alto del territorio español, con el Teide de bandera, sino por considerarse el más extenso de Tenerife, eje de la diversidad y astro volcánico del archipiélago.
Pero además por ser el cuartel general de poetas, geógrafos, historiadores, naturalistas, geólogos y botánicos que desde el siglo XVI han universalidado el patrimonio paisajístico de este enclave natural único, de referencia mundial y de visita imprescindible.
Está claro que La Orotava, de las pocas villas hidráulicas canarias, está de moda por múltiples razones. No sólo por ser el municipio más alto del territorio español, con el Teide de bandera, sino por ser el más extenso de la isla del Teide, el eje de la diversidad y astro volcánico del archipiélago.
También por haber puesto en marcha la preparación del expediente como Patrimonio Mundial en la categoría de Paisaje Cultural, con el agua como vínculo patrimonial. Ello nos permite revisar el papel que la Villa de La Orotava desempeñó en la historia de Canarias en lo que a literatura de viajes se refiere, ya que múltiples escritores, plasmaron sus vivencias en este viejo municipio del valle de Taoro.
Como bien se sabe pasó a la historia por ser el cuartel general de los menceyes que finalizaron la etapa aborigen de los guanches cuando el adelantado Fernández de Lugo incorporó Tenerife a la corona de Castilla en 1496. Los personajes que dejaron escritas sus memorias a partir del siglo XVI eran de profesiones variadas, mayormente poetas, geógrafos, historiadores, naturalistas, geólogos y botánicos. Entre ellos, Torriani, Viana, Feuillé, Viera, Borda, Humboldt, von Buch, Berthelot, Leclerqk, Wildpret, Meyer, Waldo, Dulce María Loynaz y Telesforo Bravo.
Por culpa de los alisios, no sólo por los vientos, sino por el grupo cultural que une América y Canarias, hemos podido disfrutar en el mes de abril de los recuerdos cervantinos sobre Don Quijote y Sancho Panza, que se desarrollaron en húmedos lugares de La Mancha. Ello nos llevó a otro grupo, MEN&SAN, integrantes de la expedición Garoé, a evocar la concentración literaria en la que participamos hace algunos años en Ciudad Real, aportando nuestra experiencia canaria con el ejemplo del pionero de la literatura de viajes, el admirado Alejandro de Humboldt. Obviamente salieron a relucir los pisos de vegetación y la red de Parques Nacionales de Canarias, desde el mar hasta el cielo, pasando por Timanfaya, Garajonay, Taburiente y el Teide.
Asimismo, nos acordamos de las Tablas de Daimiel y de la cervantina Laguna de Ruidera. Es decir del AGUA como pieza clave de estos ecosistemas. Ahora aportamos los puquios del peruano desierto de Nasca, los nacientes de Aguamansa y las galerías de aguas subterráneas que movieron molinos de gofio y alumbraron La Orotava y su comarca, que tanto entusiasmaron a Humboldt, von Buch y Hans Meyer principalmente, por culpa de la hidrogeología y del paisaje. Hoy pueden disfrutarse con un viaje singular por La Orotava y el valle de Taoro, hasta alcanzar los cielos por encima de las cumbres de Izaña y del Teide.
Por Isidoro Sánchez García
Ingeniero de montes y coordinador de la Comisión Asesora y de los diferentes grupos de trabajo encargados de gestionar y organizar las labores inherentes a la redacción del expediente que avalará la candidatura de La Orotava a Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de Paisaje Cultural Integral de la Unesco.