La Panadería Santiago Bautista tiene su origen en la zona de La Piedad, donde estaba radicada la panadería de la suegra de don Pancho, su fundador. Don Pancho empezó a vender pan muy joven junto a sus hermanas. Iban andando hasta La Montañeta y al Puerto hasta que decidieron comprar una burra.
Estuvo repartiendo pan con la burra durante bastantes años, hasta que pudo comprar un Renault ‘cuatro latas’ y, mucho más tarde, hacerse con unos cuantos furgones. Don Pancho relata que la burra conocía exactamente la ruta de reparto y donde tenía que parar. “La gente contemplaba al animal cuando pasaba por delante del cuartel y siempre que llegaba frente al Tapias, buscando aparcamiento”, dice.
Su primer horno fue de leña y, según el propio fundador, “daba buen pan, pero mucho trabajo”. De forma periódica llegaba un camión cargado de leña proveniente de los montes, que los chiquillos de la calle descargaban a cambio de dos o tres pesetas. La harina la traían de los molinos y, antes de empezar a trabajarla, había que cernirla para quitarle los afrechos. Dichos afrechos se volvían a cernir y “se sacaban muy buenas tortas de acemite que gustaban mucho a la gente”, según sus palabras.
Los hijos de don Pancho han recogido el legado panadero de sus padres, ya que su esposa también pasó muchas noches amasando y horneando pan mientras se ocupaba de la crianza de los vástagos. Son ellos los que ahora elaboran el pan y los deliciosos rosquetes y tortas de manteca, empleando para ello la receta que les enseñaron sus progenitores. Y aunque son ellos los que llevan el negocio, aún baja a los hornos el antiguo panadero.
*Maestro y director técnico de la Asociación Cultural Pinolere