La tradición del Corpus villero, en manos de 300 alfombristas

19/04/2015

Apenas tres centenares de personas se encargan de velar cada año por conservar esta gran muestra de arte efímero, surgida en 1847.

Unos 300 alfombristas se encargan cada año, con su constancia y compromiso, de mantener viva la tradición villera de las alfombras del Corpus. Esta gran muestra de arte efímero, que surgió en el año 1847 por iniciativa de Leonor del Castillo Monteverde, se sostiene con brillantez gracias al heterogéneo colectivo de alfombristas, que el viernes recibió la Medalla de Oro del Cabildo.

Las alfombras villeras se mantienen gracias al trabajo de personas de todas las edades, desde niños hasta ancianos, y de variadas procedencias. Aunque la mayoría son residentes en La Orotava, hay varios ejemplos de alfombristas de adopción, como Hans Kamella, un alemán que lleva más de 40 años haciendo alfombras en la Villa.

Entre esos 300 alfombristas villeros hay un reducido grupo de unos 25, capitaneados por el director de la Escuela de Arte de La Orotava, Domingo González Expósito, que son los encargados de elaborar la espectacular alfombra de tierras del Parque Nacional del Teide en la plaza del ayuntamiento. Este grupo es el que más días trabaja, entre 40 y 50, para elaborar el gran tapiz. El resto, que trabaja con flores y brezo, debe concentrar sus esfuerzos en apenas unas horas el jueves de la Infraoctava del Corpus.

El presidente de la Asociación de Alfombristas de La Orotava, Jesús Rodríguez, destaca que su colectivo lleva 25 años trabajando para que la tradición no se desvirtúe y las nuevas generaciones se impliquen. "Nos hemos esforzado para que las alfombras de La Orotava se hagan solo con flores y brezo, sin arroz, marmolina ni otros elementos que se usan en otros sitios. Eso nos distingue, pero a la vez es la principal amenaza de futuro, ya que cada vez hay menos invernaderos y lograr las flores suficientes es cada vez más complicado", advierte.

La Escuela Municipal de Alfombristas, dirigida por Domingo González, es otra institución clave para el sostenimiento de esta tradición que en 2015 cumple 168 años. La escuela, integrada en la de dibujo y pintura, forma este año a nueve alfombristas, ya que se sigue un cuidado proceso de selección. González señala que "los futuros alfombristas son alumnos que ya han recibido una formación en dibujo y demuestran cualidades, porque trabajar la tierra no sirve de nada si no sabes dibujar". Que el dibujo es clave para realizar una buena alfombra lo sabe muy bien Ezequiel de León, hijo del recordado alfombrista y escultor del mismo nombre, que subraya que en el caso de la alfombra de la plaza del ayuntamiento "lo más importante es hacer un buen dibujo con la tiza sobre el suelo". Unas líneas que deben deformar las figuras para que se vean bien desde los balcones y ventanas del consistorio.

Los tapices del Corpus de La Orotava solo se pueden disfrutar, en todo su esplendor, unas horas cada año. Un hermoso derroche de arte efímero que es fruto del trabajo callado, y en muchos casos anónimo, de los 300 guardianes de las alfombras villeras.

Ezequiel de León

alfombrista de la plaza

"Necesitamos buenas manos para el futuro"

Autor de tapices complejos de la alfombra de la plaza, donde trabaja desde hace 22 años, pide que "se incentive más esta labor sacrificada y difícil, ya que necesitamos buenas manos para garantizar el futuro".

Jesús Rodríguez Delgado

Asociación de alfombristas

Fuente: eldia.es / Raúl Sánchez