Los documentos manuscritos en la Villa de La Orotava fueron poco a poco reemplazados con la llegada de la máquina de escribir, al ofrecer una serie de ventajas con respecto a la escritura manual: facilidad de la lectura de los escritos, rapidez y economía, acelerar el despacho de la correspondencia, etc. En el Archivo Municipal de La Orotava los primeros documentos mecanografiados se remontan a las primeras décadas del siglo XX, existiendo en esta etapa de transición expedientes que contienen tanto documentos manuscritos como mecanografiados.
Las primeras referencias aparecen en las Actas del Pleno, en concreto en la sesión del 25 de mayo de 1911, el alcalde Tomás Pérez Acosta solicita que la Secretaría tenga una máquina de escribir y propone pedir “al extranjero una máquina de escribir sistema “Smith Premier” aparato útil y necesario en toda oficina bien organizada y que prestará muchos servicios a la municipalidad”. En cuanto al importe de la misma es de 663 pesetas y 65 céntimos, “pero que el ayuntamiento no tiene que satisfacer más que 445 pesetas y 75 céntimos por haber pagado de su peculio particular el primer plazo consistente en 218 pesetas…”. Ante esta manifestación, el 1 de junio de ese año es aprobada la adquisición de dicho aparato “por su evidente utilidad”.
Esta primera máquina de escribir hubo de ser reparada dos años más tarde, en 1913, así el 27 de noviembre de ese año se expone que “por consecuencia del mucho trabajo ha sufrido varios desperfectos, como son el tener el árbol y el piñón del escape desajustados y al parecer con dientes votos; el no funcionar la tecla de retroceso del carro, y el tener torcidas algunas letras de líneas verticales, como la t, la i y otras …”. Ante esta situación y “no encontrándose en esta provincia un mecánico con los conocimientos especiales necesarios para la reparación de dicha máquina”, se propone y acepta remitirla por conducto de los Sres. Yeoward Brothers, del Puerto de la Cruz, a la sucursal que la fábrica tiene establecida en Liverpool, “a fin de que se recomponga con toda la escrupulosidad y perfección debidas”.
Posteriormente, en 1914 se verifica el “cange” de esta primera máquina de escribir “Smith Premier” por una máquina Remington, al no haber vuelto de Liverpool en perfectas condiciones. Pasada una década, hasta 1924, los documentos se realizaron con esta única máquina, pero ese año, al hallarse bastante deteriorada, se acuerda adquirir una nueva y se consigna para ello un crédito de 1.400 pesetas. Con el paso del tiempo se fueron adquiriendo más máquinas de escribir, así, en la sesión del Pleno del 2 de febrero de 1933, se acuerda adquirir otra máquina para las oficinas de este Ayuntamiento y ese mismo año se acuerda vender la máquina “Remington” que existía y ya no se usaba “por hallarse completamente inservible”. Tres años después, en 1936 se contrató la compra de una nueva máquina de escribir marca “Imperial” por el precio de 1.100 pesetas, pagadero a plazos en esta forma: doscientas pesetas como primer plazo al recibirse la máquina, y el resto en giros de cincuenta pesetas mensuales.
En definitiva, inicios de la máquina de escribir en las oficinas municipales de la Villa de La Orotava que llevaron a un cambio en la forma de elaborar los documentos y de trabajar, que han quedado plasmados en los expedientes que se conservan en el Archivo Municipal de La Orotava.
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