El Museo Sacro de La Orotava cumplirá diez años en 2017 con los retos de recuperar la atención de los visitantes y poner en valor una colección que puede presumir de piezas únicas en España, como una custodia gótico manuelina de plata, oro, esmeraldas y topacios.
El Museo Sacro de La Orotava lleva el sobrenombre de "El Tesoro de La Concepción" y ese apelativo no es ninguna exageración. Las seis salas de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de La Concepción guardan piezas únicas, de gran valor patrimonial y religioso, que, pese a exponerse desde hace ya nueve años, aún son desconocidas entre la mayoría de tinerfeños y visitantes. Este museo cumplirá diez años en 2017 y afronta dos retos fundamentales: recuperar la atención del público (en sus inicios el número de visitantes era de unos 2.000 al año y en 2015 apenas recibió a 600 personas) y poner en valor una colección que puede presumir de piezas únicas en España, como una custodia gótico manuelina de plata, oro, esmeraldas y topacios.
Ignacio Hernández es el guía-colaborador del Museo Sacro. De lunes a viernes recibe a los visitantes en un horario limitado, de 10:00 a 13:00 horas, aunque aclara que "también se pueden organizar, previa reserva, visitas de grupos los sábados por la mañana".
Tras unos inicios exitosos, el Museo Sacro ha sufrido también el impacto de la crisis y la caída de visitantes. Una tendencia que, según Hernández, ha empezado a revertirse en 2016. A 31 de diciembre se espera alcanzar una cifra global de en torno a mil visitantes.
Razones sobran para acercarse a estas salas de la parroquia matriz villera. En la sacristía norte pueden verse las mejores muestras de pintura religiosa, como la Magdalena Penitente, de Domenico Fetti, de 1614, o la Inmaculada Concepción, que pintó Juan de Miranda en 1781.
En la sacristía sur se exhibe una excelente muestra de orfebrería, como el altar de plata repujada de 1776 o la cruz procesional, de 1614. La sala capitular primera está dedicada a la evolución de la historia de la comunidad parroquial y ahí se encuentra la talla de la primera Inmaculada, de hace cinco siglos; una espectacular maqueta del templo, o piezas tan curiosas como el ataúd que se prestaba en el siglo XVIII para que las personas sin recursos recibieran sepultura, o el altar que se usaba para las misas en latín.
En la sala capitular segunda hay una muestra de tallas completas e imágenes de vestir, tanto de tamaño natural como de pequeño formato, de artistas como Luján Pérez, Fernando Estévez o Blas García Ravelo.
En la antesala y la llamada sala del tesoro, el visitante puede contemplar ornamentos y objetos litúrgicos, así como una gran muestra textil con piezas del siglo XVII al XIX, que incluye damascos, terciopelos, sedas o brocados. También pueden verse las reliquias del primer obispo de Canarias, Luis Folgueras de Sión; la citada Custodia Manuelina, la auténtica "joya de la corona" de este Museo Sacro, una pieza de origen portugués única en España, o un cáliz, también único, que sólo se utiliza el jueves santo.
Pasear por estas salas de la parroquia ofrece al visitante la posibilidad de disfrutar también de toda una joya arquitectónica. Mención especial merecen el coro y los espectaculares artesonados de madera, de raíz mudéjar, de varias de las salas.
El Tesoro de La Concepción está formado por unas mil piezas de variado origen: compradas por la parroquia desde los primeros años del siglo XVI hasta la actualidad; donaciones de particulares, u obtenidas a raíz de hechos históricos como la expulsión de los jesuitas en 1767 o la llamada Desamortización de Mendizábal, que permitió a la parroquia recibir muchos bienes de conventos de la zona, en 1835.
Ya se trabaja en la edición, durante el año 2017, de un catálogo que contribuya a facilitar que tinerfeños y visitantes redescubran y valoren un tesoro que La Concepción no quiere esconder.
Fuente: eldia.es