Pinolere pondera su éxito

29/08/2012

Lejos quedan ya los tiempos en los que un grupo de soñadores, amantes de la identidad y la tradición canaria, plantearon la posibilidad de crear un proyecto que consiguiera recoger los valores intangibles de la cultura local. Por qué no una feria, barajaron algunos. El tiempo les dio la razón y 28 años después la feria de Pinolere se ha convertido en auténtico referente a nivel regional cuyo éxito ha sido posible gracias a la encomiable y altruista labor de la Asociación Cultural Pinolere, que ha velado por la conservación de su legado histórico más universal realizado a través de su ambicioso proyecto cultural.

Con el amor que puede profesar un padre a un hijo, los tres hacedores de la obra, Jesús García, gerente de la asociación; Leoncio Luis Hernández, presidente; y Rafael Gómez, director técnico, explican para DIARIO DE AVISOS la importante trayectoria y proyección de una feria regional que se ha ganado el afecto y el reconocimiento de todos. “Pinolere es una marca que vende, una feria que aparte de convertirse en punto de venta de artesanía, ha ido adaptándose a los tiempo con una acertada mezcla de sabiduría y formación educativa. Hay que destacar el ambiente festivo y cultural que se genera en el parque etnográfico así como la encomiable labor de cientos de artesanos que exponen sus laboriosos trabajos. No obstante, Pinolere genera riqueza y puestos de trabajo, más aún, con los recortes que hemos sufrido en materia de ayudas y subvenciones por parte de las administraciones públicas”, señala García. De sus inicios, recuerdan cómo en la década de los 80 tenían que ir a buscar a los artesanos a las casas, y ahora, “se pelean por participar en la feria”.

Tres etapas han sido claves en la gestación del éxito: el año 1985, con la primera feria; el año 1995 en el que se organiza la primera monográfica de cestería en Canarias; y 2006, en el que se toma una proyección internacional y otorgan a la asociación el Premio Canarias de Cultura Popular.

Reto a la crisis

La palabra crisis adquiere una dimensión diferente. Tal es así, que el gerente de la asociación argumenta abiertamente que “la verdadera crisis era ir a buscar a los artesanos a sus viviendas y pagarles por exponer sus productos. Ahora, también nos afecta la falta de recursos, pero tengo claro que el futuro de Pinolere está asegurado”.

Una de las fórmulas empleadas para seguir manteniendo el nivel y la constancia es “ir despacio y saber transformarse con el paso del tiempo”. Como para muestra un botón, apuntan que “han celebrado conciertos de rock y salsa; no todo tiene que ser folclore”. Pese al optimismo a raudales, en algunas ediciones confiesan que “ha peligrado la feria” aunque “las personas creen tanto en el proyecto que han puesto sobre la mesa su patrimonio personal; eso lo reconoce la gente”.

Ya todo está preparado y bien atado para inaugurar mañana la vigésimo séptima edición de la Feria Pinolere 2012, que en esta ocasión estará dedicada a la piel. Una vez más se contará con unos 220 artesanos que mostrarán y comercializarán sus creaciones dentro de un amplio programa de actividades.

Actividades paralelas

Al igual que en los últimos años, las actividades paralelas adquirirán un enorme protagonismo, ya que el visitante, además de acercarse al mundo de la creación artesana, a los oficios tradicionales y poder adquirir los productos que desee, disfrutará también de divertidos y didácticos talleres para los más pequeños, actuaciones folclóricas, proyección de documentales históricos, como el de la danza de las cintas de Igueste de Candelaria, talleres de alfarería y otros actos relacionados con nuestras tradiciones.

El público valora el trabajo y la envergadura de un barrio villero que, gracias a la proyección de su muestra, es conocido en el resto del mundo. Pinolere ha conseguido reinventarse, y la historia le ha dado la razón.

 

Fuente: Diario de Avisos (Luis Febles)