Muchos portuenses se preguntan por qué se denomina Jardín Botánico de La Orotava al histórico Jardín de Aclimatación sito en los Llanos de la Paz en el término municipal de Puerto de La Cruz. La explicación de tal denominación es histórica, porque, cuando se fundó como establecimiento botánico de ámbito nacional en 1789 estaba emplazado dentro de la jurisdicción de la Villa de La Orotava.
Cuando en 1789 se erigió los Llanos de la Paz pertenecían a la jurisdicción de La Orotava. La alcaldía real del Puerto de la Cruz estaba constreñida a los barrancos de Martiánez y San Felipe. Cuando en 1812, con las Cortes de Cádiz, se fundan los municipios modernos, el Puerto de la Cruz mantiene tales límites municipales. Tras una larga batalla judicial para ampliar su jurisdicción es solo en 1847 cuando se procede a ampliar su término hasta sus actual demarcación, ampliándolos por el este hasta el Durazno, incorporando los Llanos de la Paz, hasta entonces pertenecientes a La Orotava y por el oeste los de Punta Brava y las Dehesas, hasta entonces enclavados en el municipio del Realejo de Arriba.
En 1789 el lagunero Antonio José de Porlier Marqués de Bajamar, presidente del Consejo de Indias, estaba decidido a erigir un jardín botánico nacional en Tenerife, que, dada la mentalidad científica de la época, tenía como finalidad, dado lo benigno de su clima, aclimatar plantas de todos los continentes del globo que luego podrían introducirse “adaptadas” en el frío clima del Jardín Botánico madrileño. Gracias a la colaboración de su sobrino el VI Marqués de Villanueva del Prado, Alonso de Nava Grimón, que se hará cargo hasta su muerte en 1832 de su sostenimiento, se procedió por este a estudiar diferentes emplazamientos, entre ellos los del jardín de los Blanco del Puerto, que se hallaba en los alrededores de la actual universidad popular y las tierras del Marqués en la santaursulera hacienda de San Clemente, se determinó que la hacienda de la Paz, perteneciente a Bartolomé de Lugo Saavedra, Señor de la Isla de Fuerteventura, era la que reunía mejores condiciones edafológicas y climáticas para su fundación.
Tras la cesión de agua para su riego por parte de los adulados del Heredamiento de La Orotava, se procedió a su acondicionamiento y a la contratación de sus jardineros, entre los que destacó el escocés Cornelio Mac Manar y el francés Le Gros, que formó el plano del establecimiento. Significativamente, en el último tercio del siglo XIX, en las antiguas huertas del convento clariso de San José, surgió un nuevo jardín, ahora sí enclavado en los actuales límites municipales de La Orotava, la hijuela del Jardín Botánico de La Orotava, un bello enclave botánico que se encuentra en la trasera del ayuntamiento de la Villa, y que sería complementario en sus fines de aclimatación al levantado en 1789.
* Profesor de Historia en la Universidad de La Laguna
Foto jardín botánico: deviajeporcanarias.com