Un libro editado por LeCanarien ediciones con el que Rodríguez Bravo logra desentrañar la impronta del paso de los seguidores de la compañía de Ignacio de Loyola por La Orotava (Tenerife), donde permanecieron 70 años, desde finales del siglo XVII, descubriendo "una casa que esconde una Iglesia".
Este año, como ya es habitual, se desarrollarán paralelamente múltiples actos lúdico-culturales para el público en general. Entre otras cosas se podrá disfrutar de rutas temáticas por La Orotava, talleres infantiles, recitales de poesía, cuentacuentos, visitas de los escritores, conferencias, firma de libros y una tertulia literaria dirigida por Cecilia Domínguez, quien recientemente ha sido galardonada con el Premio de Canarias de Literatura.
Se trata de una obra escrita en prosa poética en donde se entremezcla el humor y el drama en un juego constante con el lenguaje y el ejercicio de estilo. Publicado por la editorial Idea, se trata de la primera obra poética de este autor que cultiva otros géneros como el cuento y la novela. La presentación correrá a cargo del editor, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, Benigno León Felipe.
Un libro editado por LeCanarien ediciones con el que Rodríguez Bravo logra desentrañar la impronta del paso de los seguidores de la compañía de Ignacio de Loyola por La Orotava (Tenerife), donde permanecieron 70 años, desde finales del siglo XVII, descubriendo "una casa que esconde una Iglesia".
El acto de presentación del boceto del tapiz de la plaza del Ayuntamiento estuvo presidido por el alcalde, Francisco Linares: la concejala de Fiestas, Maeva García; el presidente de la Asociación de Alfombristas, Jesús Rodríguez; el párroco de la iglesia Ntra. Sra. de La Concepción, Oscar Guerra y el director del tapiz, Domingo González Expósito.
Se trata de imágenes pertenecientes al ornitólogo británico Meade Waldo, uno de los primeros conservacionistas conocidos que vino a Canarias en varias ocasiones debido al ostrero, la primera especie de la fauna canaria que se extinguió oficialmente por acción del hombre.
Esta biblioteca se fundó en el año 1901, aunque el ayuntamiento villero comenzó su colección bibliográfica unos años antes, concretamente en 1897.
La biblioteca se ubicó inicialmente en las dependencias del ayuntamiento. En 1953 se instaló temporalmente en el antiguo colegio de Santo Tomás de Aquino y en 1960 volvió a las Casas Consistoriales.
Paralelamente, obtuvo la medalla de bronce para el "fresco", además de tres premios en la categoría de leche de cabra pasteurizada.