Encuentro de Nono Domínguez con sus amigos en La Orotava

12/08/2012

El Hotel Sabor Canario, una casona señorial del siglo XVI, acogió un emotivo encuentro con los veteranos de la Escudería Drago y amigos de Nono Domínguez


Los veteranos de la Escudería Drago, que están inmersos en la tarea de su refundación, recuperando actividades sociales y deportivas, ha plasmado dos objetivos iniciales e inmediatos: creación de un Comité de Solidaridad para llevar consuelo moral y calor humano a aquellos compañeros que estén atravesando momentos especiales, y en segundo lugar: recuperar la Subida de Juncalillo, primera prueba que organizó la Escudería Drago el 20 de febrero de 1972, y que actualmente se encuentra inactiva desde la temporada 2003.

La primera actividad de estos veteranos ha sido precisamente la de ofrecer una jornada de compañía y máximo afecto a Ángel Manuel Domínguez Quijada “Nono”, el piloto tinerfeño, que desde hace dos años está llevando con ejemplar entereza un problema de leucemia, siempre alentando la esperanza de ese salvador trasplante de médula.

Los miembros de la Escudería Drago comunicaron su proyecto a una serie de pilotos tinerfeños, especialmente aquellos que compartieron actividad deportiva con “Nono” y así, una treintena de amigos acudieron a La Orotava para brindar a Domínguez una jornada inolvidable de emociones, recuerdos y sobre todo de afectos, de grandes afectos de ida y vuelta que fueron compartidos por su esposa Pilar e hijos.

LISTADO DE ASISTENTES
Ángel Manuel Domínguez Quijada “NONO”
- Álvaro Díaz
- Ángel Díaz
- Antonio Miguel Báez
- Aquilino Méndez
- Carlos Bengston
- Cayetano Hernández “Tano”
- Cayetano Mejías
- Cecilio Delgado
- Cipriano García
- Christian Bolthmann
- Enrique López
- Fernando Capdevila
- Hilario Gómez
- Hortensia Hernández
- Jesús Mena
- Jorge Camilo Domínguez
- José Miguel Báez
- Juan José Alonso
- Juan Luis Cruz
- Julio Martínez
- Luis Mena
- Melchor Dávila
- Miguel Ángel Cruz
- Orlando Alonso
- Paco Martín (P.J. Elvis)
- Paco Saavedra
- Paco Sánchez
- Pedro Cruz
- Santiago Castellano
- Tomás Gimeno

Lugar de la cita: Hotel Sabor Canario, una casona señorial del siglo XVI, que por la iniciativa empresarial del propio Nono y sus hijos se ha convertido en un singular restaurante y alojamiento turístico. Situado en el corazón histórico de La Orotava, acaba de ser cerrada al tráfico la céntrica calle de La Carrera y una terraza es prolongación urbana del establecimiento.

Esta terraza y La Carrera –nombre predestinado-  se convertían en el punto de encuentro de los amigos de Nono Domínguez al amparo de la sombra del venerable caserón. Abrazos casi interminables y más de una lágrima, por supuesto de alegría.

Tras desgranar recuerdos, vivencias y anécdotas múltiples, se pasaba al almuerzo de genuinamente canario, en cuyo brindis previo, Nono manifestaba “esta es mi medalla de oro”.

Nono terminó su breve parlamento llamando a su lado a Ángel Díaz y Cayetano Mejías, sus amigos y cofundadores del aquel Auto Club Tagor 4 que durante varias temporadas fue el faro guía del automovilismo en el norte de Tenerife y con su sede en el inigualable marco del centenario Liceo de Taoro.


Al término de los postres, Orlando Alonso tuvo el encargo de leer a los asistentes un escrito preparado por Nono, ya que él consideraba imposible hacerlo sinverse traicionado y enmudecido por la  emoción.

EL ESCRITO DE NONO DOMÍNGUEZ (leído por Orlando Alonso)

Hola chicos, me alegra muchísimo verles a todos juntos como en los buenos tiempos, pero ya relajados, ya que no hay esa tensión de la presalida de los rallies, con lo que eso nos suponía a todos los que hemos tenido la suerte de haberlo pasado.

Yo no me atrevo a decirles gracias una sola vez, ya que no sería capaz, por eso le endosado este escrito al amigo que les lee, y así sí: gracias, gracias, gracias…

Hace ya tiempo que el promotor de este agradecido evento, nuestro querido amigo Juan José Alonso Prieto, junto con el resto de amigos de la isla hermana, han querido visitarme, y por motivos de salud, entre otras cosas, no ha podido ser.

Como todos saben, para mi lo de los coches empezó de muy pequeño. Aprendí a conducir solo en un Mini 850 tipo furgoneta (TF-17.152), la que había en casa. A trancas y barrancas aprendí a conducir, y también le saqué una biela por el bloque ¡menuda bronca la de mi padre! Ya comenzaba a soñar con las carreras sin haber visto ninguna.

Mi primera cerrera fue en el Circuito de Ofra, y de montaña la subida de El Socorro en el 1972. Cuando compré mi primer coche, un Volkswagen Escarabajo 1302, le ajustamos el motor de un Porsche 912, y a correr… ¡Cuánto camino desde entonces!

Creamos una escudería “Auto Club Tagor 4”, y de los cuatro fundadores, hoy estamos aquí tres: Angelito (mi primer copiloto), Cayetano Mejías y yo. “Babán” Perera ya no está con nosotros…

Pero bueno… como cada uno, seguro que podría escribir un largo historial y todo tipo de anécdotas. Lo dejaremos para otro día, pues sería muy largo.

Sí quiero darle un tirón de orejas –en el cielo donde quiera que esté- al inolvidable amigo y querido amigo Francisco Hernández “Pichote”. ¡Miren que putadas! En un Rallye Isla de La Palma, en el que pude haber sido ganador, resulta que en el último tramo “Bajada del Túnel”, entró delante de mi en el Control Horario de Salida, pero ya venía con uno o dos minutos de penalización y les comió la oreja a los cronometradores, delante de Manolo Quintero y de mi, y le pusieron que entró sin penalizar. ¡Lo que no hacía el “Pichote”!

En Madeira tiene una avería en el alternador de su coche, me para, me despista y sus mecánicos le cambian la batería de su coche al mío, lógicamente descargada. Gracias a Dios, después de arreglarlo como pudimos, “Babán” y yo con el Simca Rallye 2 logramos incluso hacer algún scratch y nos clasificamos unécimos de la general y primer equipo extranjero. Fue un rallye inolvidable.

Recuerdo también con especial cariño mi experiencia con Copi Capdevila en sus comienzos en el Mundial de Rallies. Con Tomás Gimeno, haciendo podio con él y Juan Fernández en la Subida a Tamaimo tras un bonito pique con Manolo Mesa y Goyo Picar, los tres con Ford Sierra Cosworth,

A cada uno de los que están aquí, y a los que no están, les llevo en el recuerdo, y eso es lo que me ha servido de terapia para afrontar esta terrible enfermedad, que espero superar, y que ahora es mi gran rallye.

De nuevo: gracias, gracias, gracias. También mi especial agradecimiento a mi esposa, mis hijos y mis hermanos por todo su apoyo.

A todos un abrazo de corazón, y que con la ayuda de Dios repitamos este ratito con más frecuencia.

Este rallye no lo ganaré, pero lo terminaré. Un beso a todos.”

Los detalles de Hilario Gómez y Orlando Alonso
Como recuerdo de la visita, Juan José Alonso entregó a Nono un ejemplar del libro “1954-2004, 50º Aniversario del Rallye Isla de Gran Canaria”.

Por su parte Orlando Alonso trajo y entregó a Nono Domínguez el trofeo de quinto de la general y primero de Grupo 1 que había obtenido en la III Subida de El Portillo, en abril de 1977, posiciones que habían sido exaequo con Nono, pero el citado trofeo se lo entregaron al grancanario por detalle de cortesía hacia el visitante.

¡Vaya sorpresón! Los expilotos se fundieron en un abrazo y los aplausos nunca terminaban. Nono, que pese a sus circunstancias estuvo increíblemente entero todo el día, en ese momento no pudo contener las lágrimas. Y seguro que brotaban desde lo más profundo de su noble corazón.

Nono siempre, e incluso muy recientemente, había mostrado su admiración por el casco de Hilario Gómez y su singular diseño. El bueno de Hilario tuvo la feliz idea de buscar y buscar una réplica de ese casco y lo pintó de negro con sus características estrellas de plata. Y por si fuera poco, le colocó en el interior un reloj de Lancia. Cuando Nono abrió el envoltorio la felicidad de ambos fue indescriptible.

Hilario tuvo que explicar el diseño de su casco “Hace mucho tiempo, me salí con el fórmula en la Subida de Vilaflor, fue un golpe bastante fuerte, lo vi todo negro y con muchas estrellas…”

En esos momentos se unieron en un abrazo los miembros de la familia Domínguez Quijada y todos los asistentes  vivieron  la satisfacción de entregarles sus afectos y su compañía, haciendo que la jornada fuera inolvidable para todos.

El siguiente capítulo que escribirán los veteranos de la Escudería Drago será la XVII Subida de Juncalillo, el 23 de febrero de 2013, con cuatro clasificaciones para que no falte nadie: Velocidad convencional, Velocidad para Vehículos Históricos; Regularidad Sport con Media Alta, y Regularidad Sport con Media Baja. Un buen número de pilotos tinerfeños han confirmado su propósito de participar en esta prueba y reescribir la historia, como en aquella primera edición de 1972, cuando federativos, pilotos, aficionados y prensa de Tenerife acudieron a Juncalillo para colaborar y celebrar la recuperación del automovilismo en la provincia oriental, donde llevaba cinco años parado por orden gubernativa derivada de tristes circunstancias que ahora, después de tanto tiempo, ya no merece la pena recordar.

 

Fuente: La Voz de Tenerife (Juan José Alonso)