Miembros de la Asociación “don Víctor”, junto al alcalde del Ayuntamiento de La Orotava Francisco Linares, y el portavoz del equipo de gobierno Juan Dóniz, se desplazaron este pasado fin de semana a Gran Canaria para rendir homenaje a la labor alfabetizadora que desempeñó María Nélida Sarmiento en los altos de La Orotava.
Los componentes de la Asociación realizaron una emotiva ofrenda floral en el cementerio de Moya, donde descansan los restos de María Nélida. Posteriormente, en la Casa de la Cultura de este municipio, participaron en la presentación del libro “Comprometidos con los altos de La Orotava y Los Realejos", en el que se narra la gran tarea iniciada por Víctor Rodríguez y Nélida Sarmiento. En el acto de presentación de la obra estuvieron presentes los alcaldes de La Orotava y de Moya, Francisco Linares y Poli Suárez, respectivamente.
Nélida Sarmiento, natural de Moya, falleció en 1974, con tan sólo 25 años, en un accidente de tráfico en el barrio orotavense de Benijos. Cuarenta años después de su trágico fallecimiento, el recuerdo de la joven moyense ha estado presente con emoción este fin de semana en su Villa de Moya, con un emotivo acto organizado en su honor por un nutrido grupo de personas de La Orotava desplazadas a Gran Canaria para tal fin. Y es que la corta pero intensa vida de esta estudiante de Filosofía y Letras, junto con el desgraciado episodio de su muerte, marcó para siempre la historia de una amplia zona rural del norte de Tenerife.
Nélida Sarmiento nació en Moya en 1959. A comienzos de la década de los 70, mientras cursaba sus estudios en la Universidad de La Laguna, dedicaba sus fines de semana a acompañar en su periplo solidario por los altos de La Orotava y Los Realejos al sacerdote salesiano Víctor Rodríguez, a quien había conocido en la facultad. Juntos emprendieron un trabajo altruista e infatigable de alfabetización de los niños que, por aquel entonces, no tenían la posibilidad de acudir a la escuela, enseñando a leer y a escribir a cientos de vecinos de la zona, hasta que un día de noviembre de 1974 llegó la fatalidad. El coche que conducía el cura salesiano, en el que Nélida viajaba de acompañante, sufrió un accidente a causa de la niebla en la zona de Benijos. La joven estudiante universitaria no sobrevivió. El episodio marcó de tal manera a don Víctor que decidió honrar la memoria de Nélida redoblando sus esfuerzos por sacar a las medianías del Valle, que entonces no tenían agua, luz, caminos ni escuelas, del atraso y el subdesarrollo, en un proyecto en el que consiguió implicar como instructores a otros muchos jóvenes del municipio. Una auténtica revolución social emergida desde la comunidad salesiana, muy arraigada en La Orotava y especialmente activa desde las aulas del Colegio Salesiano y desde el Centro Juvenil Don Bosco.
La llama de aquella labor incansable se mantiene encendida en la actualidad gracias a la Asociación "Don Víctor", un colectivo formado por personas en las que Víctor Rodríguez dejó su huella imborrable, personas comprometidas con el recuerdo y el espíritu del sacerdote salesiano. Entre ellas, Juana Teresa González, amiga personal de don Víctor, y Pedro Nolasco Leal, colaborador, quienes fueron los encargados de presentar este sábado en la Casa de la Cultura de la Villa de Moya el citado libro "Comprometidos con los altos de La Orotava y Los Realejos".
ARUCAS
El alcalde Francisco Linares y el concejal Juan Dóniz, junto a las 55 personas de la Villa que viajaron a Gran Canaria para participar en este acto, visitaron también el municipio de Arucas con el que existe hermanamiento. Y como parada obligatoria la visita a la Catedral en la que es párroco el orotavense Santiago González Hernández.