Rafael Larraz: “El problema en la investigación de biocarburantes es la falta de claridad en la normativa”

24/06/2014

El director del Centro de Investigación de Cepsa realizó una Master Class en la Universidad Europea de Canarias.

"El problema en la investigación de biocarburantes es la falta de claridad en la normativa que no nos permite, muchas veces, saber por dónde tenemos que ir", aseguraba el doctor en Ingeniería Química y director del Centro de Investigación de Cepsa, Rafael Larraz, en la Master Class que ofreció en la Universidad Europea de Canarias sobre Los combustibles renovables y que tuvo lugar ayer, 23 de junio, en la sede de la institución en La Orotava (Tenerife).

Larraz explicó los distintos proyectos en los que la empresa energética está trabando en estos momentos para conseguir biocarburantes de tercera y cuarta generación, es decir, aquellos que tengan un alto rendimiento y no expulsen CO2 a la atmósfera e incluso lo absorban. Matizó que, en la actualidad, los biocarburantes no son competitivos, están ligados al precio del crudo y requieren una política fiscal bien definida, "la incertidumbre política no es buena para la aplicación de biocarburantes", agregó Larraz.

En este sentido, el director del Centro de Investigaciones de Cepsa indicó que "Canarias es una zona muy adecuada para las energías renovables", y explicó que uno de los proyectos más innovadores que su compañía está llevando a cabo, conocido como Drago, se está haciendo en el archipiélago en colaboración con la Universidad de La Laguna y el Instituto de Tecnología Química y que consiste, básicamente, en la transformación de la biomasa de residuos forestales en combustible alternativo al diésel, un plan que finalizará en 2015.

Otras iniciativas que se están llevando a cabo en la investigación de biocombustibles en Cepsa son la conversión de aceites vegetales en combustible ecológico, lo que se conoce como HVO, de los que la refinería convirtió, en 2012, más de cien mil toneladas. "Cepsa ha sido pionera en España en la producción de aceite vegetal hidrotratado", dijo, y recordó que en la refinería de Tenerife se está llevando a cabo un proyecto de recuperación de aceite de cocina usado para utilizarlo como biocombustible.

Asimismo, la compañía cultiva microalgas, que sometidas a un proceso determinado producen lípidos con alto valor energético como biocarburantes, en el Centro Internacional de Estudios y Convenciones Ecológicas y Medioambientales (Ciencem) de la Universidad de Huelva. Además están trabajando con bioqueroseno para su uso en aviones y, también en la planta de Huelva, están investigando un aditivo para el diésel consistente en una mezcla de acetonas y glicerinas, lo que se llama acetales, que mejora ligeramente las emisiones de CO2.

En cualquier caso, Larraz indicó que la investigación en biocombustibles es imprescindible puesto que las propuestas de la Unión Europea para 2020 así lo exigen, y aseguró que "tenemos que estar preparados para los objetivos climáticos que se han presentado como la reducción de emisiones de CO2, la mejora energética y el uso de energías renovables".