Charo Labrador y Anacleto Hernández labran allí la finca Romay, donde priman frutales, tubérculos, flores, aromáticas y hortalizas
El Mercadillo Valle de La Orotava dispone de 8.800 metros cuadrados de cultivo ecológico en La Perdoma, gracias a la dedicación de Charo Labrador y Anacleto Hernández, que labran la finca Romay, en la que principalmente cuidan de frutales, tubérculos, flores, aromáticas y hortalizas sin la utilización de químicos ni pesticidas. Ubicada en el 101 del Camino de Los Tunes, a 524 metros sobre el nivel del mar, la propiedad, en la que también crían una treintena de gallinas, linda con el barranco de Cerrudo.
Anacleto Hernández Rodríguez, primer presidente de la Asociación de Agricultores, Ganaderos y Artesanos del Mercadillo Valle de La Orotava, y actual presidente honorífico, señala que su compromiso y el de su señora con la agricultura de tipo ecológico (con certificación oficial) no es sólo porque a él le hayan implantado un hígado, un riñón y dos prótesis de rodilla, sino porque entienden que “ante lo natural no hay pegas ni dudas”. Por ello añade que “no usamos venenos, echamos mano del jabón potásico, los purines, el vinagre, algo de cal y azufre, el acolchado y de plantas repelentes, como la lavanda, la caléndula o las aromáticas, que atraen al huerto a los bichos buenos y alejan a los malos”.
Además de las adecuadas asociaciones de los plantíos, el presidente honorífico del Mercadillo agrega que ellos recuperan la fertilidad del suelo con el cultivo estacional de gramíneas, de altramuces (chochos), habas, judías y guisantes; y que enriquecen la tierra gracias al compostaje, la vermicultura (utilización de lombrices en la agricultura) y la gallinácea y otros abonos animales.
Rosario Labrador, a quien todos conocen por Charo, detalla, por su parte, que ella (como su marido) estuvo ligada a la agricultura desde niña, y que en la finca Romay se dan los higos, los tunos, los nísperos, tamarillos, melocotones, ciruelas, duraznos, peras, manzanas, phisalis, paraguayas, guayabos de diversas variedades, parchitas, naranjas, mandarinas, nueces, castañas, aguacates, limas y fresas.
La familia gatuna de la finca es tan importante como la mesa y las bandejas de trabajo, el motocultor pequeño, al que llaman La Saltarina y maneja Charo, o el microinvernadero, de dos metros cuadrados, donde sacan adelante algunas plántulas. La componen tres gatos adultos, La Macana, La Negra y La Gata Vieja o Rubia; y los más jóvenes, Maestro de Escuela o Salvajón (el más receloso), El Rubio y El Negro, que todas las mañanas y algunas tardes reciben entre maullidos a Charo y Anacleto en el camino que da entrada a la finca.
Anacleto Hernández reconoce que es un enamorado de los injertos, de recuperar variedades antiguas de frutales que aún se conservan en Canarias, como los manzanos y ciruelos que consigue en la parte alta de La Orotava. De ciruelas, apunta, tienen plantadas del tipo Santa Rosa, Primium, Clauidia, Reina Claudia, una roja y también de la Song Golden.
“Como en botica…”, Charo Labrador comenta que ellos plantan de casi todo: “suquinis, acelgas, coles abiertas y rojas, puerros, coliflores, berenjenas, chayotas, cebollas, brócolis, alcachofas, bubangos, calabazas millo, judías, pantanas, lechugas, rúcula, pimientos dulces y de padrón, remolachas, rábanos negros, tomates cherry y demás”.
En su finca de La Perdoma, Charo y Anacleto producen todo el año papas y batatas, así como flores: calas, ornitógalos, orejas de burro, rosas, girasoles, diosas del arcoíris, lirium, claveles y clavellinas. También se especializan en la producción de olorosas, como la lavanda, albahaca, orégano, poleo-menta, caña santa, tomillo, hierbahuerto, hojas de laurel, cilantro, romero, anís, matalahúga, canela, etcétera.
En su puesto del Mercadillo Valle de La Orotava también venden macetas con tomillo, hierbabuena, orégano, caña santa y otras de sus aromáticas, así como los huevos ecológicos de las gallinas; “cuando los hay”, señala Anacleto Hernández, quien añade que “primero para casa y la familia, y después para el Mercadillo”.
El primer presidente de la Asociación de Agricultores, Ganaderos y Artesanos del Mercadillo Valle de La Orotava confiesa que, aunque tienen un sistema para la recogida de agua de lluvia, como tienen tantos frutales en la finca, gastan más de mil euros al año en agua, que compran a Pemalesa S.L., empresa que fundara Pedro Martín Ledesma hace más de 40 años.
Por último, Charo Labrador reconoce que están muy comprometidos con las tres erres (RRR): reducir (residuos), reutilizar y reciclar. Y comenta que producen plátanos porque una de sus nietas un día les preguntó que por qué no los cultivaban en su finca.