La Orotava, la velocidad de los primeros coches es el título de la nueva entrada del blog del archivo municipal que en esta ocasión está dedicado a los primeros automóviles que llegaron a la Villa.
Muchos documentos del Archivo Municipal hablan de los problemas derivados de la velocidad de los primeros automóviles en La Orotava y la preocupación que generó, así como las medidas que se adoptaron para regular esta situación.
El automóvil fue inventado por Karl Benz en 1886, llegando el primer coche a Tenerife en 1902.
Una prueba de las primeras medidas adoptadas para regular la velocidad es el decreto del 19 de agosto de 1911, siendo alcalde Tomás Pérez Acosta, que contiene varias “medidas urgentes reclamadas por muchos vecinos para evitar desgracias con motivo de la veloz circulación de los automóviles por esta Villa”, disponiendo entre otras, que:
La velocidad de los automóviles que circulen por el interior de esta población no sea mayor que la de los caballos al paso, y que por el paseo de Domínguez Alfonso se moderará lo necesario para evitar accidentes.
La presencia se señalará siempre con bocina o campana.
Las contravenciones de estos preceptos, se castigarán con multas de 1 a 25 pesetas y con las demás penas que correspondan.
La relación de vehículos más antigua de La Orotava que se conserva en el Archivo Municipal data de 1927, se denomina “Patente Nacional de Circulación de Automóviles” y deja constancia que ese año existían en La Orotava:
Tres años después, en 1930, y con una población en la Villa de 14.757 habitantes, se registra un ligero incremento de automóviles:
Algunas de las marcas de coches de estos años en La Orotava eran Ford, Elcar, Fiat, Buick, Essex, Chevrolet, Cadillac, Hispano Suiza, etc. Concretamente en 1930, entre otras, habían:
Como consecuencia del aumento de automóviles se crea la necesidad de regular el tráfico y se adoptan una serie de medidas encaminadas a abordar el problema de la excesiva velocidad. Así, en febrero de 1921 se acuerda que “constantemente se encuentre un guardia municipal en la plazoleta de San Sebastián por ser el lugar en que paran la mayor parte de los vehículos…”. En 1922, el 28 de abril se ruega a la Presidencia que dé las órdenes oportunas para reprimir la excesiva velocidad de los automóviles dentro de la población” y, al mismo tiempo, se establecen multas a los conductores que no las cumplan. Un ejemplo de estas sanciones se manifiesta el 15 de diciembre de 1922, donde se solicita que ”se imponga el correspondiente correctivo al conductor de un automóvil, distinguido con el número T.E. 863, cuyo nombre se desconoce, por haber pasado con velocidad excesiva a las tres y media de la tarde, por la calle del Calvario…” o se solicita que “un señor que suele venir los domingos en motocicleta con side-car, y acostumbra a pasar con ella por las aceras, se le llame la atención para que ese hecho no se repita”.
Estas son algunas pinceladas que aparecen en los documentos del Archivo Municipal que se refieren a los primeros automóviles y la necesidad de regular su velocidad y el tráfico por las calles de La Orotava.
Fuente: Blog del archivo municipal