El concejal delegado de Desarrollo Económico Local Domingo Acosta ha mantenido recientemente una reunión con los cabreros de La Orotava para analizar su situación actual de éstos. En este encuentro, en el que también estuvo presente el Presidente de la Cooperativa la Candelaria, Pedro Molina, y el gerente de la Quesería Benijos, Juan Antonio Tosco, se trató esencialmente el tema de reconducir el proyecto de construcción de las granjas de cabras, ya que el pasado año se dio luz verde a una interesante iniciativa que permitía resolver el problema que, desde hace tiempo, se produce en el Valle por ocupar los ganaderos diversas partes de los cauces de barrancos del municipio y provocar, consecuentemente, molestias a los vecinos de entorno por los malos olores y "plagas" de moscas. Ello se había previsto erradicar con unos proyectos promovidos por la institución insular de construcción de cabrerizas en las zonas de las medianías, pero no se han desarrollado aún porque los cabreros no pueden afrontarlos económicamente. Las estructuras programadas suponen una inversión que ronda entre 170.000 y 200.000 euros, según la superficie.
En marzo de 2006, el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de La Orotava entregaron a seis ganaderos del municipio los correspondientes proyectos de construcción de estas granjas caprinas, con lo que se culminaba así parte de un proceso que comenzó a gestarse en 2003 para el realojamiento en cabañas de los rebaños de cabras que se hallan en diversos barrancos del Valle de La Orotava, y especialmente en los de Tafuriaste, La Arena y La Florida. De esta manera, además de evitar que estos animales ocuparan los cauces de espacios naturales o causaran molestias a los núcleos residenciales próximos, también se lograba que dispusieran de instalaciones legales y adecuadas a las necesidades del sector. Sin embargo, tras pasar más de un año en el que se supone que ya deberían estar ejecutadas estas naves -- apunta Domingo Acosta-- aún no se han iniciado los trabajos respectivos. La institución local, preocupada por este asunto, ha convocado nuevamente a los ganaderos para buscar una solución al problema, y tras entender que los cabreros no acepten el proyecto inicial por su encarecimiento -- agrega el edil--se apuesta por redactar otros más económicos y asequibles a este colectivo. Por tal motivo, se valora también la alternativa que plantea el representante de la Cooperativa La Candelaria sobre la posibilidad de crear unas naves prefabricadas, que ya se utilizan en otras zonas y no suponen un coste tan elevado. Esta iniciativa supondría una inversión global de 72.000 euros Los cabreros, que deben aportar en cada actuación un 40% del presupuesto, manifestaron que con esta propuesta sí estarían dispuestos a desarrollar el proyecto. Y el resto lo sufragaría la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, como estaba previsto. Además, el concejal responsable del Desarrollo Económico Local asumió en la citada reunión sufragar la redacción de los nuevos proyectos, e intentar involucrar de nuevo al Cabildo de Tenerife. Por ello, Domingo Acosta ha mantenido también en estos días contactos con el Consejero de Agricultura y Ganadería de la institución insular, y han determinado conjuntamente tratar este asunto con urgencia y prioridad. Por otra parte, el Ayuntamiento villero -- como ya se ha dicho en otras ocasiones -- eximirá a estos ganaderos del pago de la licencia de obra y construcción y del canon del suelo rústico.
Las seis naves se ubicarán en el barrio de Benijos, en los altos de La Orotava, en terrenos de entre 300 y 500 metros cuadrados, propiedad de los ganaderos. Estas infraestructuras serán instalaciones "bastante completas", pues además de una nave con dependencias como oficina o salón de almacenaje, cuentan con un gran patio para el esparcimiento del ganado, corrales para machos, salón de ordeño y un moderno sistema de almacenamiento de estiércol.
Domingo Acosta resalta que esta actuación supone tanto una mejora en la calidad de vida de los ganaderos como en las tareas que desarrollan, a la par de cumplirse así con las exigencias que marca la normativa desde el punto de vista higiénico y sanitario. El concejal villero apuntó que ahora los cabreros tendrán que adaptar sus rebaños al clima de la parte alta del municipio, dado que el ganado caprino está acostumbrado a las condiciones de la zona baja.