Una veintena de hombres, de entre 30 y 58 años de edad y procedentes de distintos puntos del municipio, participó en el segundo curso organizado por la Concejalía de Bienestar Social y Políticas de Igualdad que dirige Belén González Rodríguez.
El taller “Comunidad de hombres para el cambio” fue impartido por el equipo de ‘Ser, comunidades saludables y buen trato’. Recientemente tuvo lugar, en la Casa Consistorial, el acto de entrega de diplomas a los participantes en el mismo. El alcalde Francisco Linares les felicitó por su implicación y compromiso, así como por su interés en formarse para mejorar personal y profesionalmente.
La concejala subrayó que ante los excelentes resultados, en múltiples aspectos, en el primer curso, se optó por esta segunda edición. “El objetivo—indicó—es que los beneficiarios del mismo adquieran conocimientos y habilidades que les permitan mejorar el nivel personal en sus relaciones cercanas y en la comunidad donde viven”.
El programa constó de 12 sesiones vivenciales de 3 horas cada una. Esta formación—subraya Belén González— está destinada a hombres por que pretende dar una oportunidad al colectivo que en los últimos años ha sufrido la nueva y dura realidad socioeconómica y les ha llevado al desempleo, a la precariedad y a la pérdida de motivación y objetivos personales. A muchos de ellos les resulta complejo reconocer las oportunidades que la vida le ofrece para superarse y sentirse útiles en el entorno inmediato. Ante tal situación se dan herramientas a los participantes para que aprendan a descubrir habilidades y valores que les preparen para llevar una vida más positiva y saludable. Esta iniciativa es un paso más en el camino de arrojar luz en la búsqueda de soluciones prácticas y motivarles, no sólo desde el discurso sino, sobre todo, desde la conciencia de descubrirse como seres íntegros, libres, comprometidos y responsables de sus vidas.
Uno de los monitores, José Francisco Mesa, detalla que durante el curso, que se llevó a cabo entre abril y junio, se fomentó la vinculación entre los veinte hombres participantes para el intercambio de aprendizajes y experiencias vitales. Fue un espacio de autoconocimiento para recuperar la libertad y la dignidad a través de potenciar la salud física, mental y emocional generando nuevas formas de pensar y actitudes positivas ante las circunstancias actuales. Cuidar y alentar nuestra confianza, las redes de apoyo y nuestra capacidad para vivir de forma alegre. “El mensaje que este tipo de cursos quiere transmitir—apuntó— es que juntos somos más y que tenemos a nuestro alcance una enorme cantidad de recursos que nos pueden ayudar en nuestra vida”. Darse cuenta y empezar a ponerlo en practica permite superar la visión parcial, fragmentada, competitiva y muchas veces maltratadora entre los hombres. Y ello se puede hacer a través de la vinculación con el entorno, en el que están otros hombres, las mujeres y la comunidad en general.
Desde el ayuntamiento se continuará impulsando cursos que ayuden a los distintos colectivos desfavorecidos y que necesiten ayuda o apoyo, pues la formación es fundamental y les puede favorecer en múltiples momentos y circunstancias.