La suerte navideña ha vuelto a tocar las puertas de La Orotava. Tras haber vendido un décimo del tercer premio del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad, agraciado con el número 05.163, la historia se repitió el día de Reyes.
“Todavía no me lo creo, estoy muy emocionado”, repetía Antonio Cruz Delgado, dueño del bar Canario y responsable de la administración de lotería ubicada en el número 11 de Los Rechazos, La Orotava, donde se vendió un décimo del número 22.654, favorecido con el primer premio del Sorteo Extraordinario de la lotería del Niño. Este último está dotado con dos millones de euros por serie (200.000 euros al décimo).
El establecimiento, situado en la carretera del Botánico, colindante con el municipio de Puerto de la Cruz, es la primera vez que otorga un premio grande de Navidad y del Niño, aunque ya repartió varios importantes de la Bonoloto y La Primitiva, recalcó su propietario. El número fue vendido por máquina y por lo tanto hasta ayer por la tarde no se sabía la identidad de la persona agraciada. “Todavía no ha aparecido nadie”, declaró al mediodía. Por ello, al preguntarle cómo y con quién iba a celebrar la buena noticia, respondió que no había programado nada porque no sabía quién era el beneficiario.
Antonio Cruz es el responsable de la administración de lotería desde hace más de tres decenios, aunque el bar, muy popular entre los portuenses, conductores y visitantes de La Orotava y el Puerto de la Cruz por encontrarse en un lugar de paso obligado antes de llegar a la ciudad turística, data de varios años antes.
En la fachada del establecimiento se podía ver el cartel con el número ganador del primer premio, igual que en el interior del local que, pese a ser un día festivo, era un ir y venir de personas que comentaban los pormenores del sorteo.
Cruz se enteró de la noticia porque lo llamaron de varios medios de comunicación, hasta que finalmente se lo confirmaron los responsables de la Delegación Provincial de la Sociedad Estatal de Lotería y Apuestas del Estado (SELAE). En ese momento estaba en su local porque ayer trabajó “como un día cualquiera”.
Trabajadores y parroquianos incentivaban a Antonio, quien además es suscriptor desde hace muchos años de este periódico, a abrir una botella de champán para celebrar el premio, pese a no conocer hasta ese momento la identidad del afortunado.
Fuente: diariodeavisos.com // Gabriella Gulesserian // Foto: Fran Pallero