El espectáculo no fue completo. Las nubes que cubrieron el cielo de toda la Isla impidieron disfrutar de forma completa del eclipse parcial de Sol esperado para el mediodía del domingo 3 de noviembre. Sin embargo, gracias a algunos claros se pudo captar ese sol mordido que tanto esperábamos.
Pese a este inconveniente del tiempo, la décima edición de la Feria de la Ciencia de La Orotava no pudo ser eclipsada. Desde las once de la mañana, miles de personas visitaron las decenas de carpas que se instalaron en la céntrica calle Escultor Estévez. Allí, los pequeños (y muchos grandes) ingenieros pudieron construir puentes colgantes y puentes romanos sin mortero de la mano del Museo Elder que visitaba exclusivamente Tenerife para participar en este encuentro divulgativo. Pero no solo hubo ingenieros por unos minutos en esta feria, el espacio del Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (Cibican) mostraron las consecuencias de la mala alimentación en ratones comparando animales obesos y diabéticos con otros sanos. De esta forma, los asistentes podían comprobar in situ cómo afecta la alimentación a nuestra vida.
El paseo por las distintas disciplinas científicas era variado y, sobre todo, muy entretenido y divertido pues los centros de investigación y las asociaciones de aficionados a la ciencia invitados a la Feria de la Ciencia se esforzaron en mostrar su trabajo y en motivar la curiosidad científica con múltiples tareas. Así, los más atrevidos pudieron hacer combates de robots gracias a la empresa Robotechnic’s a través de los cuales se puede aprender mucho de mecánica y de la física de la forma.
Los vulcanólogos tampoco faltaron a la cita y tanto el Instituto Vulcanológico de Canarias como el Instituto Geográfico Nacional (IGN) y la asociación AVCAN explicaron a los presentes cómo funciona un sistema volcánico, lejos de la alarma y cerca de la ciudadanía. La gran cantidad de voluntarios en estos estands demostró que se trata de la materia científica donde más se ha avanzado en los últimos años en compartir esa necesaria mentalidad de que la divulgación es una de las mejor es maneras de prevención del riesgo volcánico. En la parte biológica, los investigadores del Instituto de Productos Naturales (IPNA) del CSIC enseñaron -entre otras cosas- cómo funcionan, en la práctica, las trampas de feromonas ante las plagas.
En el recorrido científico no podía faltar la astrofísica gracias al proyecto Gloria, vinculado al Instituto de Astrofísica de Canarias, que aportó un planetario portátil que era capaz de trasladar a los visitantes al Espacio, ya que muchos se quedaron con las ganas de usar las gafas especiales para ver el eclipse que se escondió tras unas amenazantes nubes.
Miles de peresonas confirmaron, una vez más, que la ciencia si se presenta de manera lúdica y amena interesa mucho. Los retos matemático y geométricos de la Sociedad Isaac Newton y de Fundoro entretuvieron a muchos e hicieron mover la materia gris de más de uno. Tras la satisfacción de resolver uno de esos problemas daban ganas de gritar eso de ¡Eureka!
En definitiva, un domingo diferente en el que la lluvia apenas estropeó las ganas de los organizadores, la empresa Cienciamanía, por llevar la ciencia al público general. En el trascurso del evento, y celebrando estos diez años, se reconoció el apoyo de las tres instituciones públicas que han contribuido a que este evento se consolide: el Ayuntamiento de La Orotava; el Cabildo de Tenerife, a través de sus áreas de Innovación; y el Gobierno de Canarias con la Agencia Canarias de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI).
El alcalde de La Orotava, Francisco Linares, destacó el empeño de la organización en que este encuentro se convierta en una de las citas ineludibles del municipio y afirmó que ya desde esta semana preparan la próxima edición.
Este décimo aniversario ha estado, también, especialmente reconocido internacionalmente con la mención de honor del concurso internacional Ciencia en Acción organizado, entre otros organismos, por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Todo un broche de oro a diez años de trabajo que, como ocurre en todas las ferias, se monta y de desmonta en unas horas pero que requiere meses de organización.
En los diez años de andadura, la Feria ha reunido a más de 3.000 visitantes cada año: 30.000 personas que se han acercado a la investigación con curiosidad.
La X Feria de la Ciencia de La Orotava cuenta con la producción de Cienciamanía y el patrocinio de Tenerife Innova, Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, y Ayuntamiento de la Orotava. Además de la colaboración de Loro Parque y Fonteide.
Fuente: Principia. Diario de Avisos