Todos sabemos de sobra que pocas vivencias hay en el mundo como visitar el Parque Nacional del Teide, tal y como demuestra el hecho de que siga siendo el preferido de toda Europa. Pero también forma parte de la magia que encierra esta experiencia volcánica los caminos de acceso a la misma, ya sea por su comodidad o por su historia.
Sin duda, el primero y más evidente de ellos es el Teleférico del Teide, con una inmejorable ubicación en pleno corazón del Parque Nacional. Es perfectamente accesible por carretera y su estación base se encuentra a 2.356 metros de altitud.
Dependiendo de su punto de partida en la Isla dispone de varias opciones de llegar de una manera rápida y sencilla.
Por La Orotava
La ruta de la Orotava es la histórica y por donde subían los viajeros ilustres del siglo XIX pasando por la Villa de la Orotava y normalmente desde ahí en burro hasta la cima, hoy por suerte desde La Orotava. Aquel camino es hoy la carretera TF-21.
El inicio del ascenso por la carretera recorre típicos caseríos como el de Aguamansa, que poco a poco van dejando paso a los pinares del tipo insignis o americano en su mayoría, hasta conducirnos dentro de un denso bosque de pinares y brezos.
El escarpado trazado de la carretera va salvando un conjunto de barrancos como el Quiquirá con la presa de Aguamansa, el Barranco de la Barca, el de Caramujo o el de Guamasa, en estas barranqueras asoman restos de coladas volcánicas que nos preparan para el espectáculo que se avecina.
Desde La Esperanza
Las numerosas curvas recomiendan una o dos paradas para disfrutar de los refrescantes aromas del monte y estirar un poco las piernas.
La otra subida por el norte es ya un clásico por su cercanía a Santa Cruz de Tenerife y porque surge desde La Laguna, ciudad patrimonio de la humanidad.
Es conocida como la subida por La Esperanza, tomando el nombre del primer pueblo por donde pasa. La TF-24 parte de la Laguna y pasando por La Esperanza, Las Raíces y Las Lagunetas, se adentra en un extraordinario bosque de pinares del singular Pinus canariensis y también cada vez mas a menudo de grupos de laurisilva que gracias a la protección y cuidados, van colonizando lo que fueron sus antiguos emplazamientos. Es frecuente en esta subida, la peculiar niebla que atraviesa los pinos creando un entorno de humedad y lo que se denomina como lluvia horizontal.
La principal característica de esta ascensión son sus fantásticos miradores como el de Ayosa en el kilómetro 28 que nos permite ver la cara sur y la norte de la isla o el famoso mirador de la Tarta en el kilómetro 32, que recibe el nombre de un peculiar desmonte en el trazado de una curva que deja al descubierto los estratos de colores que las distintas erupciones del Teide han ido formando desde la antigüedad. Mas adelante el Llamado Corral del Niño en la base del conocido Observatorio del Teide nos presenta una peculiar faceta del Teide, su vocación científica.
Al igual que la subida por La Orotava, la de la Esperanza desemboca en el Portillo después de haber recorrido unos 44 kilómetros. Este es el punto de partida para adentrarnos en la Corona del Teide y recorrer el Parque de punta a punta.
La ruta de Vilaflor
La subida por Adeje conocida como subida por Vilaflor, parte de las zonas turísticas del Sur de Tenerife y es quizás la más transitada de todas al ser usada frecuentemente por los visitantes de Los Cristianos, Las Américas y Costa Adeje.
Parte de la costa y se inicia en la TF-28 por Chayofa hasta la antigua Villa de Arona, a unos 610 metros de altitud, un histórico emplazamiento donde podemos visitar la Ermita de San Antonio Abad (siglo XVII), rodeada de explotaciones agrícolas y enmarcada por paisajes rocosos.
La TF-51 nos acerca ya hasta el pueblo de Vilaflor, el municipio mas alto de España a unos 1.400 metro de altitud. Se recomienda visitar la Parroquia Matriz de San Pedro Apóstol que data del siglo XVI y no perdernos la visita a uno de los lugares de mayor interés natural, el conocido como Paisaje Lunar.
La salida de Vilaflor, ya por la TF-21, hacia el Parque Nacional nos sorprende con la parada del Pino Gordo, un extraordinario ejemplar de Pinus Canariensis de más de ocho metros de perímetro y casi 60 metros de altura.
Esta subida inicia su entrada en el Parque Nacional en el kilómetro 54 de la TF-21 con el mirador de Boca Tauce, desde donde se puede admirar el volcán de Pico Viejo.
Tres son los miradores antes de llegar al punto central del Parque donde se encuentra el centro de visitantes del Teleférico del Teide, el de El Llano de Ucanca, el mirador de los Azulejos y el de los Roques de García, estos son sin duda de los mas espectaculares del Parque Nacional y los mas fotografiados.
La vía de Chío
La subida por Santiago del Teide, es la conocida como subida por Chío.
A pesar de ser la menos transitada de todas, encierra un encanto muy particular por sus grandes contrastes, existiendo quien se atreve en su recorrido a señalar sobre el terreno la línea imaginaria que separa el norte del sur de la isla por los cambios de tono en el paisaje.
La carretera TF-38 nos conduce hasta el propio Parque Nacional y una vez pasado el pueblo de Chiguergue, todo lo que vemos son pinares verdísimos sobre el suelo calcinado de las lavas negras.
Estos pinares dibujan un paisaje de colores imposibles que nos permite disfrutar del perfil menos conocido del Pico Teide, su auténtica cara sur.
Paradas obligadas son las del mirador de Samara desde donde parte un fantástico sendero o el mirador de Narices del Teide, justo antes de entrar en el eje del Parque Nacional en su entrada por la llamada Boca Tauce.
Definitivamente, disfrutar de la subida al Teide y utilizar el teleférico forman parte ineludible de esta aventura.
Fuente: diariodeavisos.com