Un huerto a dos pasos del asfalto
Dejar la corbata en el armario o cambiar los zapatos de tacón por un calzado cómodo. A pocos metros donde el humo de los coches contamina el día a día de una ciudad, el campo reta al cosmopolitismo de la urbe y convierte espacios inertes en auténticas despensas donde las lechugas, los tomates y los pimientos pueblan un cromático paisaje de autogestión ecológica.