El magno tapiz de tierras naturales cumple este jueves 100 años en honor al Corpus Christi
Los alfombristas de la Plaza del Ayuntamiento se afanan en rematar el magno tapiz confeccionado con las arenas del Parque Nacional del Teide. Las inclemencias del tiempo en estos días han afectado a la alfombra y retrasado el trabajo. Este miércoles, 26 de junio, víspera de la Infraoctava del Corpus, se retiran las carpas (otros años se hace días antes), y se espera que esta tarde pueda verse completamente desde los balcones de la Casa Consistorial.
Y ya todo está listo para celebrar, como cada año, el día Grande de la Villa como es el Jueves de las Alfombras. Este 27 de junio, las miles de personas que visitarán la zona centro podrán disfrutar in situ, y desde primeras horas de la mañana, de la confección de los tapices florales. En estos días se han llevado a cabo múltiples preparativos para esta singular jornada. Entre otras cosas, cerca de 150 personas se han encargado del deshoje de las flores que se emplearán en la confección de las 35 alfombras que conforman el recorrido que el Santísimo realizará en procesión por la tarde tras la celebración de la Eucaristía en la Iglesia de La Concepción.
El magno tapiz de la Plaza del Ayuntamiento, confeccionado con arenas naturales del Parque Nacional del Teide, y sello de la historia del alfombrismo en La Orotava, cumple cien años de ser confeccionado con espíritu religioso en honor al Santísimo que procesiona por las calles de la Villa, en aquel entonces en la octava de Corpus Christi. No obstante, este cuadrilátero, según la prensa de la época y fuentes consultadas, ya había acogido la realización de tres alfombras años anteriores pero con otros motivos. En 1905 se realizó por primera vez para honrar la visita de la Marina Española y en 1906 se volvió a realizar otra para dar la bienvenida al rey citado anteriormente.
La tradición fue iniciada por el prestigioso alfombrista Felipe Machado. A diferencia de hoy en día, el tapiz comenzó confeccionándose con flores, semillas y otros materiales naturales. Sería su nieto, el arquitecto Tomás Machado Méndez, quien modificó el estilo de hacer la alfombra, haciendo que ocupara toda la plaza e introduciendo las múltiples posibilidades de la perspectiva. Generación tras generación, la alfombra de la plaza del Ayuntamiento ha ido evolucionando, no solo en cuanto a su materia prima, que en la actualidad es la arena del Parque Nacional del Teide, sino en los procedimientos técnicos. Cuando se empleaban flores se tardaba un día en hacerlo; en la actualidad se necesitan casi dos meses.
Esta alfombra, que se ha convertido en sello de identidad de La Orotava, posee un valor artístico reconocido a nivel internacional. Desde 2007 ostenta el título Guiness World Records por ser la alfombra de arena más grande del mundo. Para su realización se utilizan casi dos toneladas de arena volcánica natural. Esta muestra de arte efímero, junto con las demás celebraciones de las fiestas patronales, congregan cada año en torno a 200.000 personas.
Aunque la alfombra de arena cumple un siglo, las de flores se remontan mucho más atrás. Esta tradición tiene su origen en 1847 cuando Leonor del Castillo y Monteverde inició con su familia la tradición de crear un tapiz de flores en frente de su casa. Dicho año la alfombra consistió en un óvalo en medio de otros adornos con dos palomas en el centro. En el 51 representó la Fe, la Esperanza y la Caridad y fue la primera vez que se utilizó el brezo tostado. Y fue en el año 56 cuando un sirviente de la casa tuvo la idea de crear círculos de pétalos de rosas utilizando un molde (arcos de tonel), dando origen a las alfombras corridas que se hacen hoy en día. Con el tiempo, más familias se fueron uniendo, creando la tradición que existe hoy en día.
El programa de las fiestas patronales villeras poco ha cambiado desde entonces. El jueves se festejaba la Fiesta de las Flores en la que las calles del casco se llenaban de flores y posteriormente se celebraban los actos religiosos y la procesión. El viernes, desde primera hora de la mañana, las Bandas de música recorrían las principales calles tocando dianas y aires populares. A este festival de música le sucedían las carreras a pie, que comprendían la distancia entre la Cuesta de la Villa y el paseo de Domínguez Alfonso. Más tarde se celebraba un baile infantil y por la noche la gran verbena, lo que hoy conocemos como baile de magos. El sábado abría el día la tradicional exposición de ganados. A la tarde, en la calle del Calvario se desarrollaba una carrera de sortijas de coches. A continuación, procesionaba San Isidro, quemándose en el trayecto bengalas y fuegos artificiales. El domingo, además de la función religiosa en honor del Corpus Christi, se celebraba la romería organizada por el Liceo de Taoro. Se trataba, y lo sigue siendo, de uno de los espectáculos de ambiente regional más bello, con cientos de personas ataviadas con los trajes tradicionales y carretas decoradas.