La muestra de productos lácteos recibe el doble de asistentes que el año pasado, con 10.400 personas.
"Estamos desbordados por la gente". Así resumió ayer el gerente de la Asociación Cultural Pinolere, Jesús González, el éxito que supuso este año la Feria del Queso de Canarias, celebrada durante el pasado fin de semana en este núcleo de La Orotava.
Y la realidad le daba la razón. Decenas de personas se agolpaban en los mostradores de los distintos puestos para probar y comprar las delicatessen que se encontraban en el lugar, ya fueran los productos frescos y ahumados como los bañados en vino, gofio o maracuyá, hasta el punto de que algunos de los participantes tuvieron que cerrar al mediodía su stand porque ya no les quedaba nada más que ofrecer a los asistentes.
A la cita acudieron el doble de personas que a la del pasado año, unas 10.400 personas, y en los dos días de celebración se dio salida a casi 3.000 kilos de queso, unas cifras que hacen sentir a la organización más que "satisfecha". Jesús González señaló hasta con cierta sorpresa que tuvo que ir en dos ocasiones a buscar más talonarios de entradas porque se habían agotado. "Estamos muy contentos con la respuesta, no solo por la promoción" que se consiguió entre esa gran afluencia sino también "porque se vendió", agregó el gerente de la asociación.
En la actividad de esta ocasión participaron más de medio centenar de queserías entre los dos días de duración y 28 presentaron 74 muestras al IV Concurso de Quesos de Tenerife. Fue José Juan Casañas, que acudió a la feria el sábado con sus piezas de Chimiche (Granadilla de Abona), quien se llevó al primer puesto con su producto fresco de leche cruda de cabra.
En esta ocasión, la feria estuvo dedicada a las queserías artesanas de Lanzarote, que asistieron a la cita de La Orotava con 300 kilos "y ya no les queda nada", informó Jesús González para después mandar a otras personas de la organización a almorzar. Mientras hacía el balance sobre cómo había ido la jornada en comparación con las otras ocasiones, le vino a la cabeza otro dato. En 2010 fue la primera muestra "y ahora mira". "Ha crecido el tema de forma importante en cinco años. Cuando empezamos había 23 queserías" en la Isla "y ahora hay 74", y la crisis "tiene algo que ver", puntualizó, para poner como ejemplo al orotavense Yeray González, un joven que trabajaba en la construcción y que, como se quedó en paro, decidió seguir los pasos de su padre y meterse en el sector.
Por el contrario, Acaymo Estévez, aunque ayuda al suyo en el negocio familiar, tiene claro que no quiere dedicarse a eso, sino a la "música". Pero eso no quita que acompañe a Benito en las labores. Ayer, por ejemplo, le echó una mano en el puesto de Pinolere. "No es que no me guste, pero quiero ir al Conservatorio", explicó el joven de 13 años, quien detalló que toca el saxofón, el laúd y la bandurria. "Estamos en la parranda chasnera", añadió su padre entre risas mientras cortaba un trozo de queso a dos de los asistentes que se acercaron a su stand.
Montaña Gorda. Así se llama su quesería, que se encuentra en Granadilla y que cuenta con 150 cabras, aunque aún así tiene que comprar leche a los ganaderos para la elaboración. Entre ellos destaca el bañado en maracuyá, con un sabor a esta fruta que suaviza el del semicurado. Tanto fue el éxito de este como el de los otros tipos que al mediodía de ayer solo le quedaba "un trozo del de pimentón y de gofio de los 100 kilos" que llevó a Pinolere. En comparación con los otros años, ya que "siempre" participa, este ha ido mucho mejor. "Se ha vendido mucho más, hay más gente" y el hecho de que haya tres queseros menos en esta edición "se nota", comentó.
El objetivo de la feria no solo es que los productores puedan dar salida a sus alimentos, sino también servir de escaparate para captar nuevos clientes y, con la competencia que hay en la actualidad, ¿Benito Estévez y su familia consiguen los ingresos suficientes con este trabajo? "Pues tengo un Mercedes... de 40 años", respondió de forma jocosa el quesero. Con un tono más serio agregó: "Se vive, se gana un sueldo", y uno de los problemas que sufre el sector es que "hay poca leche", aunque por suerte él ya tiene a sus ganaderos.
Edelmina Alonso también señaló que se "sobrevive" en este mundo y, como experta en esta muestra, ya que mencionó que ha participado desde su primer año, hizo un balance positivo sobre ella. "Siempre va bien, genial", dijo con prisa para seguir atendiendo a todos los clientes que hacían cola en su stand. Ella es palmera, de Garafía, una de las zonas más famosas de Canarias precisamente por sus quesos y, entre las piezas que llevó a la feria, destacó el de pimentón, el semicurado, aunque también ofreció los tradicionales chicharrones. "Todo va saliendo con mucha guasa y los que compran son los mismos que los de las otras veces", añadió.
Una de las que se acercó a su puesto fue Ángeles Cuesta con su familia. "Nos gusta mucho el queso palmero", así que "compraré uno", comentó la chicharrera. Tanto ella como su hija Alba son amantes de este tipo de productos y por eso siempre que pueden se acercan a La Orotava para disfrutar de esta cita. "Son como ratones", agregó Jesús Enrique entre risas, para posteriormente preguntar: "¿Sabes de algún guachinche?", ya que l plan era pasar el día de ayer por la zona.
Si conociera a Mario Rodríguez, Piernicola Dragonetti y Ramona Mihaelaioje, tendría una recomendación más acertada, pues ellos mismos se declaran "profesionales de los guachinches". "Iremos a uno, aunque de tanto picar queso se llena uno", dijo el primero.
Los tres acudieron desde Puerto de la Cruz a Pinolere con sus hijas y la esposa de Mario, que estaba "por ahí" con las pequeñas mientras ellos aprovechaban para degustar una de las delicatessen de la feria después de haber comprado un trozo de semicurado y otro fresco de la Quesería de Benijos, que al mediodía solo le quedaba 80 de las 300 piezas que llevó para los dos días. Para ellos, ya es el tercer año que se presentan en esta cita y, comparado con las otras veces, "hay más gente y menos aparcamientos, ese es el problema", puntualizó Piernicola.
María Rosa Torres y Gara Morín también asistieron a la jornada, pero un motivo un tanto especial. "Mi padre era artesano y solía venir. Como él murió en 2001, si no vienes... Es un recuerdo a él", indicó la primera. El plan de esta madre y su hija de Santa Cruz era simplemente "probar quesos, comer por aquí y ver los perros presa canario, que están muy bonitos". Y allí estaba Crono, que se portó "muy bien", destacó su dueño, Yeray Díaz. Según explicó, este can de un año y 54 kilos ya ha participado en actividades de este tipo en otras ocasiones, como en el concurso que se celebró en el Recinto Ferial, y en esta ocasión decidió ir a la cita de Pinolere desde Los Cristianos.
Aparte de este Crono, había otros muchos, como el perro pastor garafiano, el bardino majorero, el ratonero palmero, el lobito herreño, el podenco canario y el podenco enano del Hierro. A ellos se sumaban gallinas, cabras y el burro del Aula de Etnografía del CEO Manuel de Falla, de La Orotava.
La muestra, además, ofreció a los miles de asistentes charlas, exposiciones, catas de quesos e incluso actividades para los niños, como el tradicional taller de ordeño de cabras, que corrió a cargo del ganadero de Benijos Domingo González Cabrera.
Fuente: laopinion.es