Con esta hazaña consigue el primer seismil del proyecto “Montañas de Ida y Vuelta” que tiene como objetivo sensibilizar sobre las enfermedades mentales
Josefa María Hernández Hernández, conocida como “Fefi”, ha alcanzado la cima del Lobuche East (6.119 metros sobre el nivel del mar) consiguiendo el primer seismil del proyecto "Montañas de Ida y Vuelta". Partió el pasado 9 de abril al Himalaya con el objetivo de sensibilizar sobre las enfermedades mentales a través del apoyo al colectivo “AFES Salud Mental”.
La alpinista orotavense ya ha realizado numerosas ascensiones por los cuatro continentes, destacando el pico Lenin (Kirguistán) con 7.134 metros sobre el nivel del mar. En esta nueva aventura, y ya desde su casa, nos cuenta que el descenso (la montaña de Vuelta) “fue casi tanto, o más complicado que el ascenso”, pues la combinación de euforia y cansancio hacen que se puedan cometer “pequeños despistes”, y por ello, las preocupaciones deben ser mayores.
Durante 19 días, han sido más de 183 km recorridos, superando un desnivel positivo acumulado de 8.800 metros, por el corazón del Himalaya. Nos comenta que en el transcurso de la expedición “han habido momentos complicados y un poco duros, pero me siento muy satisfecha del resultado”. No ha sido su montaña más alta, pero sí le ha marcado de una forma especial, pues sabía que a pesar de la distancia que separa Canarias y Nepal, “junto a mí estaba AFES Salud Mental y toda la gente de mi pueblo, acompañándome y animándome”, nos cuenta.
Lobuche 2022
El Lobuche East se encuentra en el Parque Nacional de Sagarmatha (área protegida de la Cordillera del Himalaya, en Nepal). Para alcanzar su cima partieron desde Lukla, donde iniciaron un trekking, de 140 km, hacia el Campo Base del Everest (5.360 msnm), pasando por el Valle de Gokyo, por el Glaciar Ngozumpa y, por el collado de Cho La (5420 msnm). En las proximidades de dicho Campo Base, ascendieron al Kala Patthar (5.643 msnm). Finalmente, ascendieron el Lobuche East (6.119 msnm), instalando el campo de base sobre los 5.600 metros de altitud.
Una vez en la cima había que comenzar un duro camino de vuelta, tras un total de 12 horas caminando, con apenas descansos, llegó a la aldea de Dingboche, desde donde continuaría con el trekking de regreso, durante tres jornadas más, hasta llegar a Lukla y, desde allí, en avioneta, a Kathmandú.