La Plaza Obispo Pérez Cáceres del municipio de Vilaflor de Chasna acogió este domingo 29 de mayo el acto institucional con el que se sella el hermanamiento entre esta localidad y la Villa de La Orotava. Recordar que, en octubre del pasado año, el Auditorio Teobaldo Power acogió el correspondiente acto institucional, tras acordar ambos municipios en sesión plenaria (14 de junio del 2021) hermanarse en base a los estrechos lazos de unión histórico-culturales, etnográficos y sociales. El acuerdo se tomó, por unanimidad de las corporaciones municipales, y la propuesta deriva de una moción del grupo socialista en el año 2017. El principal fundamento de la misma está en la conexión a través del Camino Real de Chasna, una ruta histórica que comunica desde hace más de quinientos años las comarcas del Norte y del Sur de la isla, y fue una vía de comunicación mercantil, territorial, burocrático, social y cultural entre ambos municipios.
La banda de la Agrupación Musical Orotava participó en el acto. Tal y como sucedió hace 113 años, cuando La Orotava envió al completo a la banda villera para que participara en las fiestas de Vilaflor en honor de San Roque y San Agustín. En aquella fecha de 1909 todos los músicos e instrumentos de la banda municipal, dirigida por Tomás Calamita, fueron en mulas a través de la cumbre, por el Camino de Chasna, y al llegar a Vilaflor de Chasna los vecinos les recibieron apoteósicamente con ramas. Este suceso, que fue reflejado en la prensa de la época, y fue posible gracias al abogado orotavense, Agustín Hernández Hernández, quien también fue, posteriormente, alcalde en la Villa en cuatro etapas de la historia local.
Durante el acto, además de las intervenciones de las intervenciones de la alcaldesa de Vilaflor de Chasna Agustina Beltrán y del alcalde orotavense Francisco Linares, se contó con la intervención del cronista oficial de Vilaflor de Chasna, Nelson Díaz Frías.
La alcaldesa de Vilaflor de Chasna, Agustina Beltrán, y el alcalde orotavense Francisco Linares, valoraron la hermandad entre ambas localidades a lo largo de la historia y los numerosos lazos de unión y múltiples conexiones que perduran en la actualidad y seguirán para siempre. Por ello continuarán realizando actos lúdico-culturales en ambos municipios.
El Camino de Chasna
Esta vía se utilizó inicialmente por los aborígenes isleños para la trashumancia del ganado, cruzando el Parque Nacional de Las Cañadas. Así, estaban enlazados los dos principales menceyatos de la isla: Abona y Taoro. Luego, tras la conquista y hasta las primeras décadas del siglo XVII se generó vinculación administrativa dependiendo del partido judicial orotavense, por lo que los vecinos de Vilaflor de Chasna tenían que desplazarse hasta La Orotava, a través de la cumbre, para poder resolver sus asuntos legales o administrativos. Este Camino Real de Chasna fue también esencial para las relaciones comerciales y sociales entre ambos pueblos.
Este camino fue también un laboratorio de experimentación científica, sobre todo en el ámbito botánico desde el s. XVIII. Los naturalistas y científicos analizaban in situ, la influencia de la altitud en la estratificación climática y las variaciones del paisaje, y también se realizaron estudios de la climatología y repercusión en la salud.
La evolución socioeconómica experimentada por la isla a partir del siglo XX y la culminación, en 1947, de la carretera que comunica La Orotava con Vilaflor de Chasna a través de Las Cañadas del Teide, inciden en el abandono de este camino real como principal arteria de comunicación.
En la actualidad el Camino de Chasna ha tomado de nuevo importancia en varios aspectos, pasando a formar parte de la red de senderos del Cabildo de Tenerife, y sirviendo a su vez de eje a otros senderos. También se han recuperado los valores culturales y ambientales del camino, promocionando su potencial como recurso turístico y educativo.