Pinolere se lleva en una cesta

1/09/2013

El público abarrota el Parque Etnográfico de La Orotava para disfrutar de la Feria de Artesanía

El público ha vuelto a cumplir, un año más, con la tradición hecha arte y ha abarrotado el recinto que el municipio de La Orotava destina a la Feria de Artesanía, el Parque Etnográfico de Pinolere. Su vigésimo octava edición, que concluye hoy, ha estado dedicada al arte de la cestería y, en esta ocasión, no solo han participado representantes canarios de este arte, sino que se ha invitado a artesanos de Cáceres y Salamanca para que muestren las piezas tradicionales de sus respectivas regiones, así como las diversas técnicas de elaboración.

Más de 200 artesanos, entre alfareros, joyeros, ebanistas, torneros, curtidores de cuero, tejedores y cesteros, entre otros, se dan cita este fin de semana en el municipio norteño para mostrar multitud de artículos tradicionales que forman parte de la cultura ancestral del Archipiélago, una muestra etnográfica de incalculable valor que año tras año se renueva en Pinolere.

Unas buenas manos son capaces de elaborar hoy en día con fibras vegetales multitud de piezas que antaño se fabricaban para su uso cotidiano. En la actualidad, muchas de las cestas que se hacen de forma tradicional se emplean más como un elemento rústico para adornar una casa en lugar de un verdadero artículo funcional.

Cecilia Delgado Alonso es de Icod de Los Vinos y su especialidad es el mimbre y la caña para elaborar cestos. Este arte lo aprendió "desde chiquita", reconoce para añadir que "aprendí de mi madre y ella, de su madre". Lleva toda la vida dando forma y doblando esas cañitas que, entrelazadas, terminan por formar robustos cestos de diferentes tamaños. "Para hacer uno se puede tardar un día entero, da igual el tamaño, porque las vueltas que hay que darle a las cañas son las mismas para uno chico que para uno grande. La única diferencia es la fuerza que hay que emplear, que es mayor en el caso de los cestos grandes, pues son más gruesas las varas", aclara.

Esta artesana admite que la elaboración de cestas es un "hobby" para ella, no su modo de vida. Por ello, solo vende sus piezas en las distintas ferias que se celebran a lo largo del año en la Isla. Señala que el tipo de cestos que elabora son "hoy en día un artículo de lujo" aunque confía en que las nuevas generaciones retomen esta tradición para que no se pierda.

Cecilia Delgado explica el proceso que hay que seguir para elaborar una de las piezas que muestra en su puesto. Así, comenta que a partir de diciembre se recoge el material y "hay que esperar a que se seque y se le caigan las hojas a las varas". Esto dura unos tres meses, aunque a parte de esas varas se las "pela" cuando aún están verdes.

Transcurrido ese trimestre, las varas se sumergen en agua para que sean flexibles a la hora de trabajarlas. Esta artesana explica que las varas a las que no se les ha quitado la corteza deben estar sumergidas en agua durante 18 días, mientras que aquellas a las que se les quitó la "piel" solo se sumergen durante un día. El hecho de que tengan o no corteza solo responde a cuestiones de estética, de colorido a la hora de confeccionar una pieza, como explica esta artesana.

Este año, la Asociación Cultural Pinolere ha contado con una representación de artesanos cesteros del Valle del Ambroz, en Cáceres. David Gordo, alcalde de Abadía y presidente de la mancomunidad formada por los ocho municipios de este valle extremeño, explica uno de los talleres de empleo que se han puesto en marcha en la región. Uno de ellos trata de potenciar la cestería artesana que se elabora en la zona. Explica que "en el taller de cestería participan ocho alumnos, aunque no es el único que forma y emplea a personas de la zona", aclara y añade que "se trata de poner en valor las riquezas culturales y ambientales de la zona del Valle del Ambroz y por ello, se ha puesto en marcha otro taller de agricultura ecológica y turismo ambiental y de naturaleza".

José Manuel Álvarez está "jubilado", según se presenta cuando se le pregunta por lo que hace aunque de inmediato reconoce que emplea su tiempo libre en hacer piezas de madera con un torno. "Fui carpintero y ebanista, aunque aprendí a hacer piezas con el torno de forma autodidacta". A diferencia de muchos artesanos, él no aprendió el oficio de su padre, aunque señala que su abuelo sí se dedicaba a trabajar con la madera.

Recuerda que cuando salía del trabajo dedicaba luego muchas horas a "tornear" madera y "casi sin saber" aprendía algo más con cada pieza que realizaba.

Juan Manuel (Meme) es un alfarero del sur de Tenerife, en concreto de Los Cristianos, en el municipio de Arona, y lleva 10 años elaborando piezas de barro. Afirma que aprendió de su "abuela y también de una alfarera de Charco del Pino". Realiza gánigos y otro tipo de vasijas de diferentes tamaños que imitan a las elaboradas por los aborígenes. A las tradicionales formas, Meme intenta imitar también la huella del tiempo sobre el barro.

Juan David
Juan David es otro de los artesanos que expone sus obras en uno de los puestos de Pinolere. Hace siete años que se dedica a la artesanía y está especializado en cerámica. Fabrica joyas en cerámica esmaltada como colgantes o anillos, pero también elabora joyeros, juegos de té y otras muchas piezas de decoración. Admite que de momento esto es un hobby, a pesar de que vende sus piezas en las ferias a las que acude y en las tiendas de Artenerife, del Cabildo.

Cristina Barrera se dedica a la elaboración de almazuelas –lo que en inglés se conoce como patchworks–. "No todo son colchas", señala esta artesana a la vez que muestra cómo dar una segunda oportunidad a una lata de aceite forrada con tela o una lámpara. En 1998 empezó con esta afición artesana en la que se emplean muchas técnicas para elaborar curiosas piezas con tela.

Fuente: La Opinión de Tenerife