Tras dos años de investigación,William Guanche y Severino González desarrollan un producto muy ligero y de gran resistencia a partir de los deshechos de plataneras.
Dos tinerfeños, naturales de La Orotava, han desarrollado durante los dos últimos años un material ecológico y cien por cien biodegradable del que aún están descubriendo las infinitas aplicaciones que puede llegar a tener. El producto sería un perfecto sustituto de la madera o de algunos tejidos, con la ventaja de que este nuevo material tiene una mayor capacidad anticalórica, es muy ligero y tremendamente resistente.
Además, producir este producto sería "muy barato" porque emplea como materia prima deshechos de las producciones plataneras, tan abundantes en el Archipiélago canario.
William Guanche Díaz es empresario e ingeniero en Telecomunicaciones, y Severino González García, es ingeniero técnico en Diseño Industrial, y son los desarrolladores de este proyecto con el que pretenden, además, crear una industria verde "capaz de generar empleos directos e indirectos en las Islas", afirman. Ambos, asesorados por el abogado Mario González, acaban de conseguir la patente biológica nacional para su fabricación y confían en que, dentro de unos meses, también la obtengan a nivel de la Unión Europea y mundial.
William y Severino se han embarcado en una aventura que aúna tradición, ciencia, innovación y tecnología en el desarrollo de un nuevo producto que, además, supondría una solución altamente eficaz en la gestión de residuos agrícolas con un procesamiento que respeta el medio ambiente.
Tal y como explican los dos desarrolladores del producto, los estudios que han hecho en laboratorios avalan que el material mantiene "una resistencia anticalórica mucho más alta que la madera y no llega a ser combustible hasta que sobrepasa los 169 grados, unos 28 por encima del punto de ignición de la leña". Además, han comprobado que "es también un buen aislante acústico y térmico tan efectivo como la fibra de vidrio, pero totalmente ecológico y biodegradable".
Sin revelar muchos detalles sobre el método de fabricación de este novedoso material, William y Severino señalan que la materia prima que utilizan es lo que se conoce como el rolo o tronco de las piñas de plátanos, que "no sirve para nada".
A partir de ese deshecho, los dos ingenieros han desarrollado un sistema de compactación por fases con una fórmula en la que emplean un aglutinante natural que permite ir añadiendo capas según interese. Así, sorprende que se pueda fabricar con un calibre tan fino como un tejido, pero "tremendamente resistente" e ir añadiendo capa tras capa a partir de esta primera compactación para engrosar la pieza tanto como se requiera, aumentando su rigidez y resistencia, pero manteniendo un peso muy ligero.
El material –avanzan– podría servir para fabricar desde telas, alfombras, paneles, tableros y un sin fin de posibilidades que aún están en fase de estudio pues el proceso de fabricación del material permitiría el desarrollo de nuevas aplicaciones en función de los distintos calibres y acabados.
Ya tienen nombre para este nuevo producto, según señala Severino, quien añade que incluso han diseñado un logo, pero no quieren revelarlo aún porque aunque la fórmula y procesamiento están patentados deben inscribirlo en un registro.
Pero ¿cómo surgió la idea? William revela que siempre había querido fabricar juguetes a partir de materiales ecológicos y la casualidad, por una amistad, hizo que se pusiera en contacto con Severino González quien había estado trabajando en la industria juguetera en la Península. Ambos comenzaron a trabajar en el desarrollo de un material para fabricar juguetes ecológicos y biodegradables. Y esto les llevó a viajar a la Feria del Juguete de Nuremberg, la más importante del sector en Europa.
Tras observar las tendencias en ésta y otras muestras del ramo, ambos se dieron cuenta de que lo que pretendían desarrollar traspasaba el mercado juguetero. Vieron que allí se mostraban productos fabricados a partir del bambú, pero este material –según consideran– "es biodegradable, pero no ecológico" porque hay que sembrar para producirlo, lo mismo que ocurre con las explotaciones madereras, donde se plantan árboles para luego talarlos y aprovechar su madera.
William y Severino señalan que su producto no solo es reciclable, biodegradable y enteramente ecológico, sino que además, su producción resulta muy económica.
Talento en Canarias
"Hay un talento increíble en Canarias, pero también mucho paro". Por ello, están decididos a expandir la industria verde en el Archipiélago produciendo en las Islas este nuevo material con personal canario. En este sentido, pretenden abrir una fábrica que permitiría crear puestos de trabajo, directos, pero también indirectos. Tan claras tienen las ideas que ya han calculado que la inversión que necesitan para materializar el proyecto y comenzar a funcionar a pleno rendimiento gira entre los tres y cuatro millones de euros, contando con la compra de un solar y la construcción de la planta además de la adquisión de la maquinaria. William afirma que "parece una inversión elevada, pero la recuperación del capital sería muy rápida por lo barato que resulta la fabricación del material con una materia prima que no hay que importar y que existe en abundancia".
Según los últimos datos disponibles, en 2013 Canarias produjo más de 363.700 toneladas de plátanos (En Tenerife hay una producción estabilizada de unas 150.000 toneladas anuales) y William señala que de una piña de plátanos el 40% de su peso es el rolo o tronco, que se quita antes de ponerlos a la venta. Con esas cifras, en Canarias habrían cada año unas 170.000 toneladas de materia prima para fabricar este material y, según los cálculos que han hecho "un rolo permite fabricar un metro cuadrado de panel de este material".
Así, también explica los beneficios que a nivel medioambiental traería este tipo de industria a Canarias reportándole un valor añadido como destino. Expone que la fabricación de este material podría poner en marcha diferentes industrias dedicadas, por ejemplo a muebles, telas, moquetas, aislantes, paquetería, etcétera.
De momento,, entre otras reuniones que tienen previstas, mantendrán un encuentro con el consejero de Innovación del Cabildo de Tenerife, Antonio García Marichal, para avanzar en el proyecto.
Fuente: La Opinión de Tenerife. Miguel Ángel Autero