La exposición “Aguas y luces para la Villa”, un recorrido por la historia de la llegada de la luz eléctrica a La Orotava

13/01/2015

La exposición "Aguas y Luces para la Villa" abrirá sus puertas el viernes 16 de enero en sala de exposiciones de la Casa de la Cultura de San Agustín, en La Orotava, para dar constancia de la rica historia que esconde la Villa en torno a la llegada de la luz eléctrica, hace 120 años, un hecho que la convertiría en la primera población de Tenerife y la segunda de Canarias en contar con alumbrado público.

Comisariada por los hermanos EDIS (Eduardo e Isidoro Sánchez) y organizada por el Ayuntamiento de La Orotava, la muestra ha sido diseñada por el Archivo Municipal como parte del programa Hydrorotava, con el que el municipio conmemora tan relevante aniversario.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 28 de febrero, propondrá un recorrido por la historia eléctrica de la Villa de La Orotava desde finales del siglo XIX, cuando se iniciara el aprovechamiento de las aguas nacidas en la cuenca de Aguamansa, a más de 1.000 metros de altitud, para su conducción en canales hasta cotas alrededor de los 400. A través de imágenes y paneles explicativos, los visitantes revivirán la instalación, en 1894, en Hacienda Perdida, cerca de Barroso, una mini central hidroeléctrica por parte de la Sociedad Eléctrica Orotava (SEO), promovida por Ricardo Ruiz Aguilar, haciendo uso de las aguas contratadas con el Heredamiento de La Orotava.

Quienes visiten la exposición se harán así una idea meridiana de la rica historia que esconde la Villa en torno a la generación de luz eléctrica a través de energías limpias, estructurada con vocación didáctica a través de libros, revistas, expedientes, piezas mecánicas, aparatos eléctricos y fotografías, expuestas en vitrinas y paneles, que servirán para explicar de manera comprensible y amena una historia que cobra especial relevancia en el marco del 'Año Internacional de la Luz´ según la ONU, que tendrá lugar en 2015.

"Aguas y Luces para la Villa" forma parte del programa Hydrorotava, que incluye el libro "La Orotava energética", el documental "De Aguamansa a la Cruz Verde", la tramitación del expediente BIC de las infraestructuras hidroeléctricas de la zona y el diseño del futuro Museo de la Electricidad. Los comisarios de esta iniciativa son los hermanos EDIS (Eduardo e Isidoro Sánchez), autores de las dos obras principales del ciclo.

Una historia apasionante
El comienzo de la actividad eléctrica en la planta Hacienda Perdida fue todo un acontecimiento del que ya informó en su día el semanario 'Diario de Tenerife´, concretamente, el 3 de diciembre de 1894, con la publicación de un telegrama recibido seis días antes, en el que Zerolo anunciaba al director de la publicación: "Anoche, como te anuncié, se efectuó la inauguración oficial del alumbrado público de esta Villa por medio de la electricidad, con éxito completo. Muchas casas particulares, además, lucían sus instalaciones interiores. La que ocupa con sus oficinas la Sociedad Eléctrica de este valle estaba profundamente iluminada. Desde temprano han sido de notar las expansiones de entusiasmo en todas las clases de la población. Una ligera lluvia ha contenido algo, sin embargo, las manifestaciones populares, pero no ha impedido que una banda de música recorriera las calles tocando alegres aires. Celebróse un banquete en el que, reinando gran satisfacción y alegría, se pronunciaron muchos brindis por el éxito de la empresa, por el progreso realizado en la Villa, por la estrecha unión de todos los pueblos de esta isla, y por la prosperidad y el engrandecimiento de esa capital, de la isla de Tenerife y de todo el Archipiélago".

El servicio eléctrico fue municipalizado a partir de 1929, y poco después, en 1935, fue inaugurada una segunda planta hidroeléctrica, en la zona de La Abejera, en los altos del municipio, para la cual se aprovechó la gestión política iniciada en 1931 por la corporación republicana, y un mayor salto hidráulico con aguas del Heredamiento.

Tanto en las plantas de 'Hacienda Perdida´ como en la de 'La Abejera´, las aguas caían en desnivel desde una altura considerable, cuya fuerza lograba poner en marcha una turbina. La transformación de la fuerza del agua en mecánica permitía que llegara hasta un alternador en el que era finalmente transformada en energía eléctrica. Una vez producida, la electricidad era transportada por cables de cobre soportados por postes a los puntos de consumo, tanto alumbrado público como doméstico o fuerza motriz para industrias.

Fuente: http://www.canariascnnews.com/