Este año no será necesario solicitar cita previa para el cementerio
Por cuestiones de aforo, no habrá misas en el camposanto sino en las diferentes parroquias del municipio
Con motivo de la celebración de los días de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, se amplía el horario del Cementerio Municipal de La Orotava para facilitar la visita y el enrame. Los horarios especiales se establecen para los días 29, 30 y 31 de octubre, y para el 1 de noviembre, en los que estará abierto desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde. Pero como siempre, se aconseja a los ciudadanos aprovechar hasta el 31 para hacer el enrame y remozar nichos o panteones.
El acceso al camposanto será libre, sin necesidad de solicitar cita previa como el pasado año ante la situación sanitaria generada por la pandemia. No obstante, se contará con seguridad para controlar el aforo al recinto.
En esta ocasión, y también por motivo del aforo, las celebraciones religiosas se llevarán a cabo en las diferentes parroquias del municipio.
Los accesos al cementerio se pueden hacer por dos lados, por la calle San Francisco y por la Urbanización Lercaro, aunque en este lado en el que hay dos puertas, se dejará una para acceder y otra para la salida. También se recomienda usar esta zona de Lercaro para el aparcamiento.
En todo momento será obligatorio el uso de mascarillas y el mantener la distancia.
El camposanto de La Orotava, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, posee más de 5.000 nichos de enterramiento y de restos, y casi un centenar de panteones y enterramientos en suelo. Anualmente recibe más de 80.000 visitas, pero en los próximos días (Día de Todos los Santos y los Difuntos) es cuando se recibe la mayor afluencia.
El Cementerio de La Orotava fue inaugurado en 1823 y tiene la particularidad de haber sido diseñado por el conocido escultor orotavense y maestro de dibujo artístico Fernando Estévez, quien concibió la necrópolis al estilo romántico como un jardín. Hoy en día se conservan los panteones familiares de villeros notables como el del Marqués de la Quinta Roja o el de la familia Monteverde, entre otros.
La capilla central atesora la puerta del santuario del Monasterio de las Claras de San José. Esta portada, que se trasladó íntegramente desde donde se ubicaba el citado monasterio (Casas Consistoriales), sufrió en los años 80 un lamentable incendio que, aunque no la destruyó sí le dejó huellas. Esta capilla central también fue diseñada por el maestro Fernando Estévez y está realizada con cantería del país.
El camposanto municipal, al igual que en otros municipios, nació a raíz de la necesidad de buscar espacio para enterrar a los numerosos fallecidos, fruto del natural incremento de la población y de no encontrarse ya sitio en las iglesias de la Villa. Así las cosas, se convirtió en una apremiante necesidad por motivos higiénicos, al ser cada vez más frecuente el tener que cerrar los templos para someterlos a procesos de desinfección.