La propuesta aprobada en Pleno es anterior a su reciente fallecimiento por lo que se espera que se conceda el reconocimiento, por su ejemplar labor, a título póstumo
El Pleno extraordinario del Ayuntamiento de La Orotava celebrado a principios del pasado junio acordó, por unanimidad de los grupos que conforman la corporación municipal, proponer a Victoriano Hernández Trujillo (DEP) a la convocatoria de los Premios Tenerife Rural de la institución insular. Se propone en la modalidad de “Conservación de la Biodiversidad Agraria y de los Agrosistemas Tradicionales” por su aportación a la preservación de las técnicas de cultivo ancestrales, su contribución en la conservación de semillas de variedades locales y por la transmisión de todo su conocimiento a las generaciones posteriores.
Lamentable, Victoriano Hernández Trujillo falleció de forma repentina esta misma semana con 98 años de edad. Por lo que desde el Ayuntamiento de La Orotava se espera que el Cabildo de Tenerife mantenga la propuesta y si se considera oportuno, ante todos los valores y méritos en la línea de la convocatoria, concederle el premio a título póstumo cuando corresponda.
Victoriano Hernández nació en 1922 en el seno de una familia humilde. Desde pequeño, al igual que sus ocho hermanos, estuvo vinculado al trabajo de la tierra en cultivos de plátanos, papas y otros productos del campo. Apenas aprendió a leer y a escribir, dejando esta actividad para tan solo algunas noches en su precaria niñez. Solo interrumpió sus labores durante 30 meses por el servicio militar, y gracias a sus conocimientos en el cultivo del plátano, continuó trabajando en diversas fincas en el municipio norteño. Se casó en 1951, a los 29 años de edad, con Eusebia Pérez Perdigón, y fruto del matrimonio sus 8 hijos (4 varones y 4 mujeres), a los que se suman 16 nietos y 6 bisnietos. Con el paso de los años se dedicó a otros cultivos como la vid. Alternó la producción de hortalizas y la venta del mosto propio, con las labores agrícolas en la platanera ajena, donde fue peón hasta el día de su jubilación. En ese periodo, también cuidó del ganado doméstico con el que contribuyó a suplir las necesidades primarias de su amplia familia. Trabajó las viñas con el sistema tradicional de cordón tranzado que aprendió de su padre. En este periodo, sus hijos se fueron incorporando a las labores agrícolas, produciéndose así el relevo generacional que perdura hasta la actualidad.
Victoriano Hernández destacó por ser maestro de las prácticas agronómicas tradicionales. Creó en su mente y en su finca un puzle de cultivos sabiamente distribuidos y en equilibrio, adaptados al clima y a la geografía orotavense, y que son un ejemplo de aprovechamiento de los recursos del medio, de conservación de las variedades locales y del uso de sistemas tradicionales.
Por todo ello, desde la concejalía de Agricultura del Consistorio villero se valora toda su trayectoria durante, aproximadamente, nueve décadas. Entre sus diversas prácticas agrícolas tradicionales están: la siembra de la platanera con ‘cabezas grandes’, el deshijado, las abonadas con estiércol y guano, los riegos por atarjeas o tornas, el desflorillado, el corte y traslado de las piñas de plátanos al hombro. También por su dedicación al cultivo tradicional de la papa en surcos entre los claros del cultivo de la viña. A la par de valorar su profundo conocimiento en el ciclo de cultivo de diversas variedades que le permitió, durante décadas, obtener varias cosechas anuales y abastecer al mercado local. Además. Se dedicó al cultivo de la viña con el cordón trenzado, un sistema de conducción ancestral de gran valor patrimonial. Mantuvo las prácticas culturales asociadas al cordón trenzado como la limpieza de pámpanos, la poda, el amarre con la badana de la platanera, la aplicación de azufre y la vendimia en un contexto puramente familiar. Entre las prácticas culturales que ha desarrollado en su particular agrosistema destaca la obtención de hebras de junco para atar la viña. Durante mucho tiempo realizó el procedimiento tradicional de segarlo en verano, remojarlo y majarlo. Tras la fase de secado al sol, utilizó el junco para amarrar los cordones trenzados de sus tierras.
Además, a lo largo de su trayectoria aprendió a interpretar el microclima, los fenómenos meteorológicos y las estaciones, lo que le permitió predecir el momento idóneo para sembrar y cosechar. En su mente custodió un calendario agronómico propio y contextualizado en el ámbito geográfico de la zona de Los Gómez, que supo transmitir a sus hijas e hijos, de manera que en cada momento del año se podía ejecutar un trabajo específico. La selección y conservación de semilla generacional es otro de sus valores. Su capacidad para elegir la simiente ideal y conservarla en el lugar adecuado ha garantizado que sus tierras continúen cultivadas y la contribución a un agrosistema tradicional dinámico.
Prueba de su destacada labor en el ámbito agrario, y especialmente en el sector vitivinícola, se muestra en los premios que recibió año tras año en diversos concursos locales como cosechero, y también recibió galardón del Cordón Trenzado en reconocimiento a su trayectoria en el sector.
Victoriano Hernández Trujillo es el ejemplo vivo del respeto a los agrosistemas y la biodiversidad agraria. Ha sido, sin duda, un transmisor fiel del patrimonio agrario dentro de la cultura canaria, por lo que es merecedor (ahora a título póstumo) del Premio Tenerife Rural de 2020, un año que pasará a la historia por la enfermedad del COVID-19.
“Esto mejorará, pero esa plaga se quedará igual que se quedó el bicho de la papa”, manifestó Victoriano Hernández durante el Estado de Alarma. El ayuntamiento le comunicó la propuesta a finales del pasado mes de mayo, y él mismo la firmó el documento con mucha humildad y agradecimiento.