La imagen del Cristo del Calvario, obra de comienzos del siglo XIX del escultor orotavense Fernando Estévez de Salas, recobrará en breve, tras su restauración, "todo su esplendor y belleza".
Esta necesaria rehabilitación supone una inversión de 9.000 euros, de los que 3000 subvenciona la concejalía de Patrimonio del consistorio orotavense a través de su programa de recuperación de bienes muebles denominado "La Orotava Restaura", y el resto lo aporta la Hermandad del Calvario responsable de dicha imagen, que ha recaudado fondos para ello.
En opinión de Narciso Pérez, concejal delegado de Patrimonio Histórico, ello es una acción a valorar y ejemplar "pues demuestra como todos, ciudadanos y administración, podemos trabajar conjuntamente para recuperar nuestro patrimonio histórico". Peréz resalta que para este proyecto se ha firmado, recientemente, un convenio de colaboración con la Parroquia de La Concepción.
Los trabajos, que realiza la empresa Pablo Amador Restauraciones S.L., se prevén concluir antes del próximo 18 de agosto, ya que ese día tendrá lugar, a las 20:00 horas, en la iglesia de La Concepción, la presentación de la obra restaurada, así como una charla explicativa del restaurador. Aunque también era intención de la citada hermandad y del propio ayuntamiento que este grupo escultórico estuviera restaurado a lo largo de este mes de agosto, con el fin de que el monumento luciera su belleza la Festividad del Santísimo Cristo del Calvario se celebra el primer domingo del mes de septiembre.
GRUPO ESCULTÓRICO
El Cristo del Calvario es lo que también se conoce como una Piedad, donde se refleja el momento en el que tras el martirio depositan el cuerpo de Cristo en el regazo de su madre a pie de la Cruz en el Monte Calvario.
El Cristo del Calvario, del citado escultor villero Fernando Estévez, es un grupo escultórico tallado en madera y policromado al óleo, que en el caso de la Virgen y el túmulo rocoso de la peana, en el paso, están realizados siguiendo la técnica de las telas encoladas y policromadas. En cuanto a al decoración se aprecian las típicas cenefas neoclásicas mediante estofados y bronceados de barnices.
La restauración que se está llevando a cabo pretende -- asevera el edil-- devolver los valores artísticos originales de la pieza, que en parte han sido alterados por restauraciones anteriores. Aunque, al tratarse de una pieza procesional que recorre las calles de la Villa dos veces al año, también sufre deterioros en las partes que corresponden a las telas encoladas que visten la figura de la Madre y las usadas para la realización de la piedra que sostiene la cruz. Asimismo, existen orificios y pequeñas pérdidas de policromía debidos a una antigua costumbre de clavar la sábana con la que María sujeta la figura de su hijo.